Existe una manera de tener una vida inmaculada como la Santísima Virgen y es aceptando el amor como único guía de la vida. Para algunos de nosotros, acostumbrados a caernos en el temor y los errores, nos parece difícil concebir una persona encarnada por el amor y que acepta al amor como su guía y Señor. Sin embargo, si meditamos en el sentido que decidir por el amor le da a nuestra vida, nos daremos cuenta que además de mirarnos libres, ‘pues la libertad es decidir por el amor; también reconoceremos que el camino de amar sobre todas las cosas es duro, áspero y también lleno de fortaleza. En la fortaleza del amor ni siquiera se toman las tentaciones como una alternativa. La mejor forma de describir las acciones de la inmaculada vida de la Santísima Virgen, es descuibrir a una mujer en el amor y para el amor.
Pidele a la Santísima Virgen que sea nuestra guía, consejo y apoyo para amar. Para transformar el temor al amor. Para cargar nuestra cruz como “yugo suave y ligero”. Dile a la virgen que nos lleve hasta la cima que alcanzó con el amor, Amor que la concibió, Amor que encarnó. Pídele su ojos para mirar la Luz de amor que acunó en sus brazos hasta mirarlo crucificado y resucitado y presente en el mundo, especialmente en la eucaristía. Ella sabe el camino hacia el corazón de Dios, en el amor. Pide su amor. La inmaculada vida que la virgen encontró en su vida está aceptándo la voluntad del amor; hasta el grado de ser esclava y entregar su libertad al amor, pidele que te guíe a vivir el la voluntad del amor.
FLOR DE AMOR A MARIA; Hoy iré a Misa con la Virgen María y comulgaré, al menos espiritualmente.