Cómo llenar el vacío con ayuno y oración

Hoy me perdono mi inconsciencia,

Alma mía, mantén el rumbo y pon tu voluntad en el Amor, al amar confías en el amor y si pierdes de vista el amor, dejas de confiar te separas de tu misión en la vida. La voluntad del Amor es que ames y nuestro Padre es Amor.

Reconcilia tu vida con el Amor, ten misericordia, es decir siente compasión por el que sufre y ofrece ayuda. Si sientes que tu corazón está como una tinaja vacía, que no hay animo y alegría como cuando inicialmente estaba llena, entonces ten misericordia de ti que sufres y ofrece tus pensamientos, sentimientos y dolores en oración. Habla confiadamente al corazón de la madre de Jesús y dile: ¡Me siento vacía, ya no tengo más!

Reconcilia tu vacío con el Amor, descubre el amor que te crea, te acompaña y te guía. Confía en el Amor del Padre Nuestro y de la Santísima Madre. Alma mía, estás encargada de compartir el Amor, esa es tu misión. Haz lo que el Amor te diga, te pide María, estás encargada del festejo de la boda. Y el Amor que Jesús nos entrega te pide que, tus tinajas vacías, las llenes con de los dolores de purificación que tienes en tu memoria, que guardas como juicios y resentimientos y que ocupan tu corazón.

Ayuno y oración

 

Llena el vacío con ayuno y oración.

Ayuno

El ayuno es ofrenda de amor. En el lapso del ayuno tendrás mayor conciencia de ti misma y así se facilitará el dialogo con el Amor en la oración. En el Ayuno somos más conscientes de la presencia del Espíritu Santo e nuestro espíritu. El Señor nos propone el ayuno como una forma para alcanzar la fortaleza espiritual ante la adversidad y el adversario que enfrentamos en la vida.

En el lapso del ayuno tendrás mayor conciencia de ti misma y así se facilitará el dialogo con el Amor en la oración.

Oración

La oración es el puente para dialogar con el Señor y descubrir en tu espíritu la presencia del Espíritu Santo que te guía y entrega para que compartes, transformes el mundo y seas pleno con sus frutos: Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí .

Alma mía, para reconciliarte con tu amor, ayuno y oración como cuando Jesús les dijo a los sirvientes que llenar de agua esas tinajas. Saquen ahora, agregó Jesús y llévenlo al encargado y el encargado probó que era mejor vino que el servido inicialmente. Para vencer la adversidad o al adversario ayuno y oración (Mateo 17:14-21 ), retírate en oración y ayuno ( Mateo 4:1-11 ).

La oración es el vino que te anima, el ayuno es ofrenda de amor. Dale 10 minutos cada hora a la oración y sacrifica el apetito de tu cuerpo, prueba darle solamente agua durante 6 días de una semana y descubre como las tinajas se convierten en el Amor que nunca se acaba.

Mira la reconciliación en la buena noticia que relata San Juan (2,1-11)

Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí.

Jesús también fue invitado con sus discípulos.

Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino".

Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía".

Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga".

Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una.

Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde.

"Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron.

El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo

y le dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento".

Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él.