¿Culpar o perdonar?

Hoy compartiré mi limosna en la iglesia como quien comparte el fruto del trabajo

La sociedad actual viene arrastrando un actitud de poder basada en la culpabilidad.

Ser culpable debilita la posición de poder de una persona ante otra.

La base de la victimología, es el arte de manipular basado en la culpa ajena

El hombre se vuelve en la circunstancia causante de la vida de los demás, lo que no deja de tener certeza, es parcial, pues es también el hombre el que acepta, se mueve o conmueve con la acción de los demás.

La libertad consiste en ser responsable de pensamiento-palabra-obra-omisión, más que de ser  culpable. La libertad asume el perdón como un acto de responsabilidad que transforma los errores en bienestar e incluso en bendición.

El perdón es el sustento de la plenitud y la gracia eterna, pues desanuda las ataduras de culpabilidad, la culpabilidad es la autorización de juzgar sobre el otro en un acto de distinción, diferenciación o de clasificación que tiene como fin la segmentación, separación la sectarización y la intolerancia a formas diferentes a las que sostienen mis justificaciones y argumentaciones.

La culpabilidad es un acto de sabotaje a la libertad, es un juicio de desavenencia, de divorcio, de duelo conceptual. Un acto de discriminación mental, basado en la clasificación y sectarización.

El perdón define una mujer adultera como capaz de descubrir el cielo. La culpa define a la mujer adultera como digna de ser lapidaria.

La culpabilidad es fruto del error, del árbol prohibido que nos esclaviza fuera del paraíso,  pues nos mantiene justificando. Sólo el perdón convierte un error en una bendición.

Si encuentro culpable, me miro esclavo de las circunstancias y si encuentro perdón me miro creador de las circunstancias.

En un partido de futbol hay más de 22 jugadores y 3 árbitros, además entrenadores y los apasionados espectadores.. Uno de los jugadores al finalizar el partido dijo que las circunstancias fueron la causa de la derrota. A lo que un periodista arremetió. NO eras tu una de las circunstancias del juego . Olvidaste que tu podías ser el creador de las jugadas, Es más fácil culpabilizar, que asumir libremente la responsabilidad de los errores.

Perdonar, es reconocer mis errores y comenzar a transformarlos desde una oportunidad de creación. El final de los errores debe ser la transformación en una bendición. Ser una circunstancia que transforma en el juego de la vida.