La separación es un grito del egoísmo que me enferma de soledad. La soledad no quiere perdonar, se desespera, busca la comodidad y la felicidad del mundo temporal, tiene miedo ante las tormentas. En el grito de la soledad, quisieras tener un «vida nueva», exiges que los demás la llenen. Y las personas, sobre todo las cercanas, no hacen lo que necesitas, dependes de lo que el otro te dé. Buscas en las opiniones el «evangelio humano» que hace justa la voz del egoísmo. El egoísmo hace que me mire como rueda con el eje en mí mismo, por eso ruedo sin sentido aunque me mueva.
El Evangelio del Señor es la voz del amor guiando nuestra vida. Es el eje de nuestro movimiento del alma, es el amor de Dios expresándose en nuestra vida ¿para que queríamos un nueva vida? Dios es la única compañía permanente y presente, el único que me llena, que me da para llenar al otro. Es alimento del amor. La expresión del amor de Dios en nuestra vida es paciencia, perdón, compasión y sabiduría, es el gozo del cielo de su amor en nuestra conciencia.
Mira la enfermedad de la soledad.
La soledad es el vacío frente al abismo, es la negación del amor. Nadie se conoce, ni se saluda, no permite compañía, el perro parece ser el único amigo. La soledad es provocada por el egocentrismo y la autosuficiencia, así aparece en mi conciencia la desolación, miro un vacío existencial, necesito de experiencias fuertes para ocultar el hueco donde me miro solo. Me vuelvo de pendiente de las personas, así la felicidad y el amor aparecen en destellos. Busco voces que me den valor. Necesito que alguien me valore, me admire, que me descubra, porque me miro menos ante mis ojos. Quiero que me vean, me admiren, me comprendan. La existencia la llenamos de coleccionando opiniones, objetos, trabajando sin descansar, haciendo obras que me hagan verme bueno, importante, útil, necesario ante los demás.
Tengo miedo de ser ordinario, pero es necesario ser ordinario para encontrar lo extraordinario y lo extraordinario es la presencia sobrenatural y sobre ordinaria de Dios.
Al tratar de ocultar mi egoísmo, me ocupo para esconder mi vocación de vivir el amor, la verdad y la vida que Dios nos regala como vid al sarmiento, como río a la tierra. La verdadera felicidad en el camino y la vida es el gozo del amor, la conciencia de la plenitud del Señor en mi vida. Así descubro que la soledad es únicamente la distracción del egoísmo pues mi conciencia olvidó estar en contacto con la plenitud del Señor.
El Señor siempre está como Padre Nuestro que nos cría, Hijo encarnado que nos descubre el amor pleno y Espíritu Santo que nos consuela y guía en el amor. Depender de Dios es natural, cooperar con el hombre es expresar el amor de Dios. Amar al prójimo es manifestación del amor de Dios.
Es descubriendo el amor de Dios en nosotros y a través de nosotros hacia nuestro prójimo y la creación donde está el rumbo que ilumina el temor de la separación del egoísmo, también llamado soledad.
Así como la obscuridad únicamente es la negación de la luz, el temor no convive con el amor. Dios es el amor, el amante del alma, en el Señor se desvanece la soledad pues brilla la unión con el gozo del amor. Por eso nos pide Cristo que oremos, cuando dialogamos con el Señor, platicándole de cualquier cosa en la oración, cuando nos reservamos un tiempo y le damos ese espacio y tiempo para estar en su presencia, hablarle y abrirnos a escucharlo entonces la esperanza y la fe de su presencia llega a nuestra conciencia, pero sobre todo recibimos el amor vivo que nos entrega y fluye en la vida con Dios.
Ahora entenderás que la separación te pierde en el vacío del abismo. Que la oración te lleva al Camino, la Verdad y la Vida donde te niegas a ti mismo (iluminas la sombra del egoísmo); abrazas la Cruz (aceptas las circunstancias) y sigues a Jesús (amando con amor del Padre para salvar al otro). En la oración con el Señor, en el templo de tu corazón, se desvanece el egoísmo y se acalla su grito de separación y soledad.
(RDP)
¡Excelente gracias!
Recordamos que durante las apariciones de la VIRGEN MARÍA nos pide mantenernos en
ORACIÓN
TENER FE
REZAR EL ROSARIO Y
FOMENTAR LA PAZ.
¡DESDE LUEGO QUE LA COMUNIÓN Y RECONCILIACIÓN! Son primordiales.
Esto es lo que ha contribuido enormemente para la salvación del mundo.
¡LLEVEMOSLO A LA PRÁCTICA DÍA A DÍA!
Mil saludos.
Gracias por tus palabras, llevar el amor a la practica de forma practica es nuestro propósito.
Dios te Bendice, acúnate en sus brazos