¡Cállate Satanás!

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Alma mía, cuando buscas a Dios, cuando proclamas su presencia, cuando vas a su encuentro, cuando te encaminas a la paz, aun cuando decides orar o adorar a Dios, Satanás se opone y busca la manera de sembrar su confusión y aun el temor para que no alcances tu destino, para que no llegues a Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

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Hay muchas maneras con las cuales se entromete en tu mente, en tus emociones o en tu imaginación y te aconseja. Es importante que reconozcas que solamente es un consejo, una tentación, de un ángel caído en desgracia. Y también tienes el consejo y la bendición de tu ángel de la guarda.  De tu decisión depende encarnar sus palabras y alejarte de Dios o vivir el amor, la paz, la libertad, el perdón y la armonía de Dios.

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Permíteme sentirme en paz conmigo mismo/a y mi sexualidad

«Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero»( Juan 21:15-19). Hay tantas cosas que me separan de ti y que están influyendo en mi vida, quiero estar contigo, quiero detenerme y platicarte como Padre e hij@. Hacer esta pausa y permitirte que guíes mis decisiones en este preciso momento.

Sana mi corazón y mi alma de las heridas emocionales que me llevan a buscar consuelo en el sexo

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Oración para la reconciliación de pareja

Padre Nuestro ante ti somos quienes somos, pues has sido fiel a nosotros en lo próspero y en lo adverso, en la salud y la enfermedad, y nos has amado y respetado. Conoces nuestro pensamiento y sentimientos anidados hasta en lo más profundo de nuestro corazón. Nos amas hasta el extremo de dar la vida por nosotros.

Padre Nuestro creador del cielo y la tierra, de lo visible y lo invisible Todo lo sabes y todo es tuyo y sin embargo esperas pacientemente y con misericordia que te abramos la puerta para ayudarnos a poner en orden nuestra conciencia y retomar el rumbo del amor.

Padre Nuestro en Cristo, quiero reconciliarme contigo antes que a nadie: Te pido me perdones por no ponerte en primer lugar, amándote sobre todas las cosas. Tú eres el amor, origen, camino y destino de nuestra vida. Perdóname por olvidar amar. Perdóname por juzgar el bien y el mal y condenar y condenarme en mis juicios y justificaciones. Y hacerme esclavo de mis propias razones, como si todo lo supiera, como si conociera lo visible y lo invisible. Como si mi nombre fuera santificado. Perdóname por preferir el mundo al paraíso de tu amor. Perdóname por no cerrar mi puerta aunque fueran 10 minutos al día, para dialogar contigo.

Padre Nuestro clamo a tu Espíritu Santo, dame tu perdón para mirarme con el amor que me creaste y perdonarme por aquellos juicios que profería, por aquello que maldecía, por aquello que dejé de bendecir, por esa palabra que oculte, por esa ternura que detuve, por esa piedad que escondí, por esa soberbia y vanidad con que cubría la luz de tu amor en mí y en mi prójimo. Perdóname pues quiero perdonarme y transformar mis debilidades, mis defectos, mis ofensas, mis juicios en una bendición. Quiero bendecirme y bendecir a mi prójimo.

Padre Nuestro, Dios trino y uno, dame tu perdón para pedirle el perdón a mi prójimo, a mi pareja, pues también es tu amor mi prójimo. Ayúdame a perdonarle cualquier ofensa, de palabra, obra o de omisión. A quitar mis juicios, sentencias y castigos que le he impuesto y que me han esclavizado, nos han esclavizado y hemos perdido la libertad donde decidimos por el amor y así nos responsabilizamos de nuestros errores y aciertos. Ayúdame a descubrir el amor junto con mi pareja, para que reconciliados tú y nosotros limpiemos maleza, cochambre, tizne, resentimientos y rencores y caminemos en tu amor, hasta el fin de los tiempos.

En nombre de Jesucristo con tu Espíritu Santo te pido Padre Nuestro por esta reconciliación y ruego a Santa María Virgen, a los ángeles y a los Santos que intercedan por nosotros ante Dios nuestro Señor.

AMEN

ORACIÓN BREVE

Oh Jesús, a través de tu compasión, enséñanos a perdonar desde el amor, enséñanos a olvidar desde la humildad.

Ayúdanos a examinar nuestro corazón y a ver si hay alguna herida no perdonada, o alguna amargura sin olvido.

Permite que el Espíritu Santo penetre en mi espíritu y remueva todo rastro de enojo.

Derrama tu amor, paz y alegría en nuestros corazones, en proporción a nuestro vacío de propia complacencia, vanidad, ira y ambición .

Ayúdanos a cargar con ánimo la Cruz de Cristo.

Amén

Responsable de la publicación:
Juan Manuel D’Acosta López
Consejero Terapeuta en Misión de Amor

Rosario para la reconciliación de la pareja

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Rosario para la reconciliación de la Pareja en Libro Electrónico y ADEMAS el MP3

Libro digital en PDF con el modo completo de rezar el rosario.
50 meditaciones enfocadas a la reconciliación de pareja.

La fuerza del silencio al meditar

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  • El silencio es una de los ambientes a los que hemos renunciado en esta cultura ¿cómo escuchar el amor y la paz sin el silencio?

El silencio va más allá del ruido que nos rodea y percibimos en nuestro oído. EL silencio también se da en la mente, lo que algunos llamarían “poner la mente en blanco”, pero en realidad es gobernar la mente y detener sus pensamientos. El silencio enfrenta a las emociones que nos mueven, acercan y alejan de la realidad que percibimos, se trata de gobernar resentimientos y rencores anidados en nuestra memoria. El silencio del cuerpo es el ayuno de sus impulsos, el gobierno del movimiento y la armonía del descanso. El silencio detiene el tiempo para estar presentes y en la presencia escuchar la guía a preguntas que ni siquiera hemos pensado, es descubrir el amor en el temor, el rencor y el resentimiento que nos asalta, es mirar sin imaginar, descubrir sin soñar, vivir la presencia de quienes nos rodean unidos en el mismo propósito.

Por eso, el silencio es donde el Amor está presente, donde el tiempo se vuelve eterno y pleno, es la antesala de la voz del Padre Nuestro, del creador, de quien nos cría y quien nos acuna en su divina voluntad. En el silencio descubres el camino, la verdad que te hace libre y la vida que viene del Amor.

Primero la Paz

El primer lugar para encontrar la paz es en nuestra consciencia, somos una expresión del Amor de Dios y en su plan, nos ha puesto donde estamos y con quienes convivimos. Así que compartir la paz, que te entrega el Espíritu Santo, por ello tu rosario es el primer paso para entregar la paz en el mundo.

Al silenciarte descubres los frutos del Amor, primero la paz. Al asomarse la paz en tu consciencia, sabes que el camino, la verdad y la vida etán presentes, como ocurre cuando estás frente a Cristo Sacramentado y presente en el Sagrario. Por eso, cuando acudimos al templo, donde está cautivo Cristo, en la Sagrada Forma, es normal reconocer la paz en nosotros, pues la paz es fruto de su Espiritu Santo. En aquellas construcciones del estilo arquitectónico que sean, donde es normal sentir el silencio y en el silencio, nuestro espiritu identifica la paz.

En la paz es sencillo abrir el diálogo con el Señor y platicarle de cualquier cosa en oración, pedir su fortaleza, su guia, su consuelo, su intercesión, su ayuda, pedir el favor a su divina voluntad. Pero la oración puede ir más profundo hasta llegar a escuchar, en la paz de nuestro silencio, la repuesta.

Medita en el silencio

El Espiritu Santo cultiva en nuestro espiritu sus frutos: paz, bondad, generosidad, autocontrol, fidelidad, paciencia, gozo… cualquiera de ellos los distinguimos en el silencio, el silencio que media entre nuestro espiritu y el Espiritu Santo.

El silencio que media lo descubres al meditar, poniendo nuestra consciencia en silencio, pero con el rumbo del Espiritu Santo del Amor. Es soltar las amarras para ir al mar profundo de la consciecnia de la voluntad de Dios. Dios es Amor, para ir al mar profundo del Amor, de su plenitud, eterna y omnipresente.

Jesús se retira a orar en el silencio que media el epiritu con el Espiritu Santo. Y su cuerpo es el templo donde habita el Espiritu Santo. Se retira al mar profundo de la consciencia de la voluntad de Dios, del Amor de Dios. La fuerza de su oración es meditar, el silencio que media con el Amor del Padre Nuestro. Entre la multitud que lo seguía, entrega el timpo a estar presente al Amor que lo encarna, cerraba la puerta de su templo, con el ayuno del cuerpo y la mente para colmar su consciencia con el Espiritu Santo del Padre nuestro que habita en su templo.

Jesús es el Maestro, es el camino, la verdad y la vida, si crees, tienes fe, esperanza y amor por el Maestro, haz lo que predica y predica lo que hace: Se retira a orar y medita en el silencio.

Jesús, en ti confío

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La hora de la misericordia, durante la Cuaresma 2021

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“Cuantas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete en Mi misericordia, adorándola y glorificándola; suplica su omnipotencia para el mundo entero y, especialmente, para los pobres pecadores, ya que en ese momento, se abrió de par en par para cada alma”

En esta hora puedes obtener todo lo que pidas para ti o para los demás. En esta hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia

(Diario, Santa Faustina, 1572).

Esta cuaresma, déjate guiar en la hora de la misericordia del viacrucis con Santa Faustina. Suavemente sumérgete en la Hora de la Misericordia, haz tu petición y escucha las palabras que le dice el Señor que te dice: “En esta hora puedes obtener todo lo que pidas para ti o para los demás. En esta hora se estableció la gracia para el mundo entero: la misericordia triunfó sobre la justicia”

Procura rezar el Vía Crucis, en cuanto te lo permitan tus deberes; y si no puedes rezar el Vía Crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a Mi Corazón que está lleno de misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla, sumérgete en oración allí donde estés, aunque sea por un brevísimo instante. Sumérgete alma mía en el Vía crucis y déjate guiar por las palabras de Santa Faustina que contemplaba la presencia de Jesucristo nuestro Señor. Cierra la puerta que te conecte con alguna distracción mundana. Descubre la presencia de nuestro Señor Jesucristo en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.

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Continúa tu transformación

Dime donde fallé, te necesito

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No hay pecado que no pueda ser perdonado, si nos acercamos a la misericordia de Dios con un corazón contrito y humillado. En este consolador Sacramento, altamente personal, Cristo continúa encontrándose con los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Restaura la unidad donde hay división derrama su luz donde hay oscuridad y concede una esperanza y alegría que el mundo no podría dar. Mediante este sacramento, la Iglesia proclama al mundo las infinitas riquezas de la misericordia de Dios, esa misericordia que ha derrumbado las barreras que nos separaban de Dios y de los demás».

San Juan Pablo II Sigue leyendo «Dime donde fallé, te necesito»

¿Cuál es el rumbo de tu vida…?

cual es el rumbo de tu vida

Trabajar… estudiar, tener familia, tener dinero… amar

Cada día detente unos minutos para meditar y contemplar en oración…el rumbo de tu vida

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

Señor Dios, quiero ser dócil a Dios, dejarte obrar, que se haga tu divina voluntad. Te busco Señor en el Espíritu Santo que une al Padre Nuestro con Jesús está en mi…

Acepta

Te busco para aceptar la presencia de tu Amor en mi

Te busco para aceptar mi presencia en tu Amor

Te busco como un pequeño que llama a su padre en la oscuridad de un bosque

Padre Dios, Padre en Jesús nuestro Señor, Padre Nuestro, Padre en el Espíritu Santo que nunca me abandonas, que estoy en tu presencia. Que estas presente en mi.

Padre de Amor eterno, me miro en tu amor eterno.

Tu Amor es mi origen, eres mi creador. Eres la voluntad que me encarna, me guía, fortalece, consuela, protege, me sana y corrige mis errores. Soy el motivo de tu misericordia.

Tu Amor sólo quiere llevarme por el camino hacia tu plenitud. Señor me amas. Acepto que me amas. Acepto que me has entregado la misión de Amar con el Amor que me das y me sostiene en verdad.

Acepto que soy tu Amor y tu Amor es verdad y la verdad está en mí. En la verdad soy libre, la libertad del Amor está en mi. Decido por el camino, la verdad y la vida del Amor.

Dios mío, soy expresión de tu Amor, alma encarnada en esta tierra. Soy semilla de tu Amor sembrada en esta tierra para transformar tu creación con Amor.

Así como la misión de la semilla es transformar la tierra y crecer hasta florecer, dar frutos y ser el instrumento para entregar más semillas a la tierra

Así has sembrado conmigo y en mi tu semilla de Amor. Amor es lo que en verdad puedo dar, en verdad soy libre y en verdad soy un Amor. Soy libre cuando decido con tu Amor.

Señor, eres el sembrador, te entrego mis debilidades para que me fortalezcas.

Te entrego las heridas de mi pasado para que las sanes con el perdón con que me cultivas, para que sanes mis resentimientos y deseos vanos de venganza.

Entrego a tu perdón mis ofensas y las ofensas que recibí, me apropié y cultive como cizaña y espino, Ofensas que ahogan y sofocan tu amor, tu cultivo. Te confío a tu misericordia: mi maleza, mis desvíos, resentimientos y heridas del pasado

Jesús, te confío a tu misericordia también los juicios que me esclavizan, pues soy víctima, juez y verdugo atenta a que se cumpla cada letra de mi sentencia, que se enredan en mi crecimiento.

Jesús, te confío a tu misericordia los pensamientos que me inquietan, los celos que me enferman, los temores que me paralizan y deprimen. Que interfieren la altura y profundidad que tu esperas que alcance en tu Amor

Jesús, te confío a tu misericordia mi imaginación que me provoca ansiedad y los sueños que ocultan la paz con que me nutres.

Cuando siento paz descubro la presencia de tu Amor. Descubro mi espíritu enamorado de tu Espíritu Santo.

Sabes Señor yo creo que mi espíritu es como el pesebre donde te acunas, donde se anida tu Amor de Dios. Así, también en, mi se anida la plenitud de la purísima concepción de la Santísima Virgen María, la alegría de San José, la paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

Mi espíritu es el pesebre donde estás tu, donde se encarna el Amor. Donde descubres que mi misión es acunar el Amor, que mi origen es la voluntad del Amor de Dios.

Cuando miro el pesebre de mi espíritu miro el camino del Amor de Dios, me miro en la voluntad de Dios y miro la voluntad de Dios en mi.

En el pesebre de mi espíritu está mi destino, pues estar presente en el Amor de Padre Nuestro es mi destino. Cuando en mi pesebre contemplo, el rumbo de mi destino veo que recibir a Jesús es la voluntad de Dios. El Amor en Jesús me muestra que el destino de toda humanidad es vivir el Amor en la casa del Padre Nuestro, en su creación, en todo lo visible e invisible, en su reino, en su voluntad.

Quiero mirar mi pesebre, quiero detener mis pensamientos que juzgan, condenan y separan. Pues en el pesebre está la misericordia que nos une y nos guía. En el pesebre recibo al Espíritu Santo que me habla. Está presente y mi presencia escucha el Espíritu Santo. Tu Espiritu Santo de Amor está recostado en mi y colma mi hambre y fortalece mi debilidad, consuela y remedia mi duelo, perdona mi ofensa y transforma con misericordia mis errores en bendición, sana mi malestar que contraría el bienestar del Amor.

Quiero mirar mi pesebre:

Apaciguo mi cuerpo con una posición cómoda para que no observe mi tu cuerpo… Espalda recta, plantas de los pies bien apoyadas, manos sobre las piernas… que se relaje, se afloje, se apacigüe.

Apaciguo mi mente pidiéndole que sólo invoque a Jesús y en Jesús confíe. Que sólo diga mentalmente: “Jesús en ti confío”

Apaciguo mis emociones respirando suave y profundamente como el mar calmo que llega a la playa. Al inhalar invoco diciendo Jesús y el exhalar confío.

  • Tomo aire: Jesús…
  • Suelto el Aire: en ti confió…
  • Dejo pasar el ruido sin prestarle atención.
  • Dejo pasar los pensamientos sin detenerme a observarlos.
  • Dejo pasar el dicho de las personas, sin juzgar.
  • Dejo de pensar en mis sueños
  • Apaciguo mi imaginación
  • Me miró presente en la voluntad del Amor.
  • Dejo de entretenerme en el mundo para presenciar la gloria del Amor de Dios. Para aceptar que estoy presente en la gloria del Amor y la voluntad de Dios.
  • Asienta tu consciencia en el pesebre donde el Amor de Dios se acuna, te bendice y se anida en ti.
  • “Jesús en ti confío” mi pesebre a tu Amor
  • “Jesús en ti confío” la paz
  • “Jesús en ti confío” mi voluntad de Dios
  • “Jesús en ti confío” mis proyectos.

Dile como la Santísima Virgen María “hágase tu voluntad…” para que se construyas proyectando desde Dios, desde la voluntad del Amor.

¿quién como Dios? Dios creador, Dios hecho humanidad, Dios enamorado de la humanidad

“Jesús en ti confío” el ruido, confío a tu voluntad el ruido que me aparta

“Jesús en ti confío” el ruido de mis preocupaciones sobre lo que pasará, confío que estas presente con Jesús

“Jesús en ti confío” el ruido de mis heridas y resentimientos

“Jesús en ti confío” la ofrenda del ruido de las molestias y padecimientos de mi cuerpo.

“Jesús en ti confío” lo que dice la gente

“Jesús en ti confío” lo que piden

“Jesús en ti confío” lo que juzgan

“Jesús en ti confío” lo que ofenden.

“Jesús en ti confío” las almas de mis difuntos y de las ánimas del purgatorio por quienes pueda interceder, dales a luz perpetua, que descansen en paz

“Jesús en ti confío” la maleza que he aceptado.

“Jesús en ti confío”La maldad que he realizado

“Jesús en ti confío” el egoísmo que he preferido alimentado.

“Jesús en ti confío” Que mis errores contra el amor no sean un muro que me separa del pesebre de tu Amor.

“Jesús en ti confío” Que mis errores y debilidades sea lo que me une a ti.

Creo en tu misericordia con la que esperas crear en mi

Tu misericordia Señor cree en mi

Tu misericordia está presente en mi pesebre para quitar los límites de tu egoísmo

Tu misericordia esta presente en mí para que comulgue con el Padre que es nuestro.

Tu Misericordia me ve. Pues siempre estás presente pues no eres ajeno a su creación

Me miras con Misericordia. Miro como se manifiesta tu misericordia y te acercas a mi, me abrazas, me tocas y tocas lo que me toca, caminas en mi camino, vives en mi vida.

Tu Misericordia viene a mi encuentro antes que mi nacimiento, antes que yo te búsque.

Me observas con misericordia. Eres Cristo que me observa y parece estar en silencio porque mi soberbia, mi egoísmo, mi aislamiento, mi vanidad… cubren tus observaciones

Quiero permitir que Dios exprese en mi sus observaciones… Su divina voluntad

Quiero su expresión de Amor en mi locura mundana

Quiero su expresión de Amor en la oscuridad del duelo

Quiero su expresión de Amor en la miseria y el error

Quiero su expresión de Amor en cualquier decisión

¡Quiero a tu Espíritu Santo en mi!

Tu Espíritu Santo en mi, invoca el Amor del Padre Nuestro

Tu Espíritu Santo en mi, es el Amor que me une al Padre Nuestro con la humanidad de Jesús.

Tu Espíritu Santo en mi, es el Amor que une la humanidad con Jesús.

Tu Espíritu Santo en mi, invoca la humanidad de Jesús.

Tu Espíritu Santo en mi Ilumina… mi historia, mis debilidades, mi camino, con tu infinito Amor

Tu Espíritu Santo en mi es el Amor de Dios que me cuida, me guía y me cuida.

Tu Espíritu Santo en mi Ilumina el mundo que habito.

Tu Espíritu Santo en mi es la presencia que aguarda, silenciosa y callada que entregue mi débil voluntad

Tu Espíritu Santo en mi espera para que me aceptes en la Creación de Amor

Tu Espíritu Santo en mi confía que confiarás en su voluntad.

Tu Espíritu Santo en mi es el Padre Nuestro que quiere que te decidas decidas a recibir en Cristo el abrazo de Amor

Tu Espíritu Santo en mi es un encuentro intimo con Dios.

¿Cómo encarnar el Don de Dios?

El Espíritu Santo es el Don de Dios, el paráclito. Es decir: el Amor que guía, consuela, fortalece y anima. En nosotros está encarnar el Don de Amor de Dios al recordar, discernir, crecer ¿Cómo encarnar el Don de Dios?

Recuerda… regresar al corazón

Discierne… decide y separa aquello que es de tu escencia, de tu amor

Crece… camina, vive… da testimonio del Amor que te sostiene.

Ante la crisis:

Recuerda, decide por amar, crece dando testimonio del Amor que te anima y sostiene. El Amor que une al Padre Nuestro con Jesucristo que guía, consuela, fortalece con el camino de la paz del Padre, la verdad que nos libra del pecado y la vida que viene del Amor.

En la adversidad:

Recuerda que eres expresión del Amor de Dios y decide por amar, es lo que en verdad puedes entregar para librarte de toda atadura que viene del dominio temporal que contradice nuestro amor con el Temor. Permite que el Don de Dios, el Amor que entrega el Padre Nuestro en el Hijo y el hijo nos entrega para extenderlo desde nuestro corazon, regresando el amor a nuestro corazón. (re-volver cordis- corazon).

En la duda:

Discierne, separa la experiencia del tiempo, de la presencia eterna del Don de Dios. Caa día se compone de la eternidad y el tiempo pero sólo la eternidad permanece. Decide reconociendo el Don de Dios hacia la experiencia de la paz en el Amor. Decide por Amar así unirás tu consciencia a la presencia del Espíritu Santo en el camino, la verdad y la vida que nos entrega el Padre Nuestro en Jesuscirsto nuestro Señor Jesucristo.

En el temor:

Crece en el Amor, sólo el Amor basta, pues es la palabra que se encarna y habita entre nosotros, es el Don de Dios que permanece, guía, consuela, fortalece y anima. El temor no resiste la presencia del Amor que todo lo ilumina y le da sentido y rumbo a la existencia. El temor niega tu presencia, mientras que el amor afirma tu presencia. Pues el Amor es tu origen, camino y destino por la gracia del Don de Dios que nos entrega con el camino, la verdad y la vida de nuestro Señor Jesucristo.

En la parálisis:

Cree y acepta el Don de Dios en tu existencia, pues está presente en su creación, en sus criaturas, en tu prójimo y en tí. El Amor siempre fluye en ti, sin detenerse, pues la presencia del Espiritu Santo se extiende en su creación y tu eres su expresión de Amor, espera que tomes el camino y te fortalecerá, espera que le entregues la libertad que te ha dado para hacer su voluntad. Espera que aceptes la vida plena con el Don del Padre Nuestro que te entrega con Jesucristo, nuestro Señor.

En la debilidad:

Abre tu consciencia a la fortaleza del Don de Dios, permite que el Amor eterno abunde en el amor terrenal, eres misionero de amor para que el Amor eterno abunde en tu experiencia de amor terrenal. Encarna el Don de Dios donde la debilidad pues es la opotunidad de caminar con la verdad que nos hace libre en la vida que viene del Amor del Padre Nuestro en Jesucristo, nuestro Señor.

En el Pecado:

Cuando con tu pensamiento, palabra, obras o tus omisiones has contradecido la guía, consuelo, fortaleza y el ánimo del Don de Dios presente en ti; acepta el error, duélete de tu separación, bendice la oportunidad de corregir y restituir el daño que causó tu desvío, ve al encuentro de la misericordia del perdón del Padre Nuestro que nos entrega con el camino, la verdad y la vida de Jesucristo, nuestro Señor.

Al orar:

Escucha lo que proclamas. Reconoce que el Don de Dios te escucha y quiere que encarnes su guía, consuelo, fortalece y animo. Vive el Don de Dios, el espiritu y la voluntad del Padre Nuestro con el camino, la verdad y la vida que nos entrega con Jesucristo, nuestro Señor.

Medita:

Une el Amor Eterno con el amor temporal. Regresa al presente, observa el pasado desde el momento en que vives, camina con rumbo al Amor eterno. Detén tu mente invocando «Jesús«, al inhalar y confíale tu pensamiento o emoción al exhalar diciéndole «en tí confío» y confíale.

Detén mente y emociones, te pueden llevar a su antojo.

En la consulta terapéutica es común que nuestros pacientes enfrenten los riesgos de tener la mente y emociones sin el control de su espíritu. Sin la presencia de tu espíritu personal, tanto la mente como las emociones te conmueven y llevan a su antojo envueltos en ideas, juicios o condenas, sin mirar que hay otras oportunidades o camino presente para resolver el momento en que atravesamos.

El presente lo ocultamos con resentimientos y juicios y NO miramos el regalo que el Señor nos presenta en ese instante. Para abrir el presente que nos regala es necesario, detener nuestra mente y emociones y mirar adentro, cuando esto ocurre, nuestro espíritu nos descubre en la consciencia la verdad que está presente. Esto es meditar (enfocar atentamente la consciencia a la consideración de algo. O bien tener conciencia plena).

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Llaman las campanas a misa

Primera llamada

Llaman las campanas a la Santa Misa por primera vez, a la asamblea, a reunirse. Algunos se preparan, en la primera de tres llamadas, a cumplir el compromiso que manda. Hay quienes añoran ir al encuentro con Cristo, a descubrirse con el hijo del padre, a escucharlo en cada lectura, a mirar como se consagra, como llega a nuestro encuentro en el beso divino de la comunión. A convertirnos en custodias vivientes.

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