Rosario para dormir (Videos)

Una de las actividades para descansar que recomendamos en Misión de Amor es Orar el Santo Rosario aunado a los misterios de tu vida.

En el Antiguo Testamento mysterion significa, pues, un signo cuyo sentido está oculto, como por ejemplo en Dan 2,18ss; también puede significar una verdad oculta, enigmática, oscura, como en Sab 2,22; 6,24; en el sentido religioso se refiere a las verdades ocultas del Plan Salvífico de Dios. Estas verdades del Plan Salvífico del Amor de Dios están presentes en nuestra vida y son las que imploramos descubrir en la meditación de este Rosario.

Descansa en el Rosario y medita los misterios de tu vida, medita en el Plan Salvífico de Dios en tu vida. Es un examen de conciencia del día, de gratitud, alabanza, reconciliación, intercesión, reflexión y descanso en el Señor, con el ruego de Santa María.

Al finalizar tu día, ya para descansar, bendice tu descanso y aleja toda oscuridad y malignidad que pudiera rondar. Al demonio no le gusta que ores el Rosario. Reza el Rosario en tu cama siguiendo los misterios que propone la Iglesia Católica y medita sobre los misterios de tu vida, consciente de la presencia de nuestro Señor y la seguridad de la intercesión de nuestra Santa Madre, la Virgen María.

La fuerza del silencio al meditar

young women having rest near calm lake with ducks
  • El silencio es una de los ambientes a los que hemos renunciado en esta cultura ¿cómo escuchar el amor y la paz sin el silencio?

El silencio va más allá del ruido que nos rodea y percibimos en nuestro oído. EL silencio también se da en la mente, lo que algunos llamarían “poner la mente en blanco”, pero en realidad es gobernar la mente y detener sus pensamientos. El silencio enfrenta a las emociones que nos mueven, acercan y alejan de la realidad que percibimos, se trata de gobernar resentimientos y rencores anidados en nuestra memoria. El silencio del cuerpo es el ayuno de sus impulsos, el gobierno del movimiento y la armonía del descanso. El silencio detiene el tiempo para estar presentes y en la presencia escuchar la guía a preguntas que ni siquiera hemos pensado, es descubrir el amor en el temor, el rencor y el resentimiento que nos asalta, es mirar sin imaginar, descubrir sin soñar, vivir la presencia de quienes nos rodean unidos en el mismo propósito.

Por eso, el silencio es donde el Amor está presente, donde el tiempo se vuelve eterno y pleno, es la antesala de la voz del Padre Nuestro, del creador, de quien nos cría y quien nos acuna en su divina voluntad. En el silencio descubres el camino, la verdad que te hace libre y la vida que viene del Amor.

Primero la Paz

El primer lugar para encontrar la paz es en nuestra consciencia, somos una expresión del Amor de Dios y en su plan, nos ha puesto donde estamos y con quienes convivimos. Así que compartir la paz, que te entrega el Espíritu Santo, por ello tu rosario es el primer paso para entregar la paz en el mundo.

Al silenciarte descubres los frutos del Amor, primero la paz. Al asomarse la paz en tu consciencia, sabes que el camino, la verdad y la vida etán presentes, como ocurre cuando estás frente a Cristo Sacramentado y presente en el Sagrario. Por eso, cuando acudimos al templo, donde está cautivo Cristo, en la Sagrada Forma, es normal reconocer la paz en nosotros, pues la paz es fruto de su Espiritu Santo. En aquellas construcciones del estilo arquitectónico que sean, donde es normal sentir el silencio y en el silencio, nuestro espiritu identifica la paz.

En la paz es sencillo abrir el diálogo con el Señor y platicarle de cualquier cosa en oración, pedir su fortaleza, su guia, su consuelo, su intercesión, su ayuda, pedir el favor a su divina voluntad. Pero la oración puede ir más profundo hasta llegar a escuchar, en la paz de nuestro silencio, la repuesta.

Medita en el silencio

El Espiritu Santo cultiva en nuestro espiritu sus frutos: paz, bondad, generosidad, autocontrol, fidelidad, paciencia, gozo… cualquiera de ellos los distinguimos en el silencio, el silencio que media entre nuestro espiritu y el Espiritu Santo.

El silencio que media lo descubres al meditar, poniendo nuestra consciencia en silencio, pero con el rumbo del Espiritu Santo del Amor. Es soltar las amarras para ir al mar profundo de la consciecnia de la voluntad de Dios. Dios es Amor, para ir al mar profundo del Amor, de su plenitud, eterna y omnipresente.

Jesús se retira a orar en el silencio que media el epiritu con el Espiritu Santo. Y su cuerpo es el templo donde habita el Espiritu Santo. Se retira al mar profundo de la consciencia de la voluntad de Dios, del Amor de Dios. La fuerza de su oración es meditar, el silencio que media con el Amor del Padre Nuestro. Entre la multitud que lo seguía, entrega el timpo a estar presente al Amor que lo encarna, cerraba la puerta de su templo, con el ayuno del cuerpo y la mente para colmar su consciencia con el Espiritu Santo del Padre nuestro que habita en su templo.

Jesús es el Maestro, es el camino, la verdad y la vida, si crees, tienes fe, esperanza y amor por el Maestro, haz lo que predica y predica lo que hace: Se retira a orar y medita en el silencio.

Jesús, en ti confío

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¿Cómo es el puente para hacer oración?

La Oración es un puente que nosotros ofrecemos para que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo lleguen a nuestro hogar, a nuestra conciencia. Pero también es un puente para el diálogo con tu prójimo y contigo.

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¿Por qué rezar a los difuntos?

Aquel que ha terminado su función en la tierra, le llamamos difunto. Aquel difunto es más que polvo que conocimos, es el ánima que le dio sentido al polvo. Cuando el ánima terminó su función en la tierra, continúa su camino de espíritu de amor.

Nuestro espíritu no muere, somos una expresión de Amor y Dios no muere. El Amor es eterno, siempre presente, es camino verdad y vida. Los apegos de la tierra confunden a nuestra consciencia que está unida a nuestro espíritu. Si la consciencia no descubre la esencia de nuestro ser en el amor en la vida o al momento de la transición, cuando termina de nuestra función en la tierra, no logramos ser uno en el Amor.

Nuestra oración intercede

El Amor es el lenguaje que reconoce el espíritu y nuestras expresiones de amor guían a tomar consciencia de que somos uno en el amor. Amar es lo que nos da imagen y semejanza a Dios. Así pues cuando tomemos consciencia de un difunto, entreguemos expresiones de amor, oración, el sacrificio en la Santa Misa, el pensamiento de gratitud y de perdón dirigido a la presencia del difunto en nuestra consciencia.

Intercedamos por nuestros difuntos ante Dios nuestro Señor, con el ruego de nuestra madre la Santa María, de los santos, los ángeles y de todos aquellos que fueron significantes en su existencia en este espacio temporal. Si somos uno con Jesús y Jesús es uno en el Padre. Amor es lo que en verdad podemos dar.

Si ustedes fueran del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no son del mundo, sino que Yo los escogí de entre el mundo, por eso el mundo los odia. Pero todo eso les harán por causa de Mi nombre, porque no conocen a Aquél que Me envió. Si Yo no hubiera venido y no les hubiera hablado, no tendrían pecado (culpa), pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que Me odia a Mí, odia también a Mi Padre. Pero ellos han hecho esto para que se cumpla la palabra que está escrita en su Ley: ‘ME ODIARON SIN CAUSA. Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, El dará testimonio de Mí, y ustedes también darán testimonio, porque han estado junto a Mí desde el principio».

(Juan 15:20-27)

Oración intercesora de Jesús

Estas cosas habló Jesús, y alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a ti, por cuanto le diste autoridad sobre todo ser humano para que dé vida eterna a todos los que tú le has dado.

Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que hiciera.

Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo existiera.

He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran tuyos y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me has dado viene de ti; porque yo les he dado las palabras que me diste; y las recibieron, y entendieron que en verdad salí de ti, y creyeron que tú me enviaste.

Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me has dado; porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo, mío; y he sido glorificado en ellos.

Ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guárdalos en tu nombre, el nombre que me has dado, para que sean uno, así como nosotros. Cuando estaba con ellos, los guardaba en tu nombre, el nombre que me diste; y los guardé y ninguno se perdió, excepto el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera. Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en sí mismos.

Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad.

Mas no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a mí.

Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.

Oh Padre justo, aunque el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.

(Juan 17)

El camino del amor

El camino que se originó en el Amor del creador, somos expresión del amor de Dios sembrada en esta tierra desde el momento en que permitió que se encarnara, por la unión del padre y la madre.

En el vientre de su madre creció esta expresión de Amor y su cuerpo se formó para que su espíritu transitara por esta tierra realizando su misión de amar. Así un día conoció la luz de la vida temporal y creció su presencia con la vocación de amar como ser humano a los seres de este espacio que habitamos.

Comenzó dependiente de la caridad (caritas=amor) de su madre y con traspiés se puso de pie para caminar por el mundo. Al principio le tendieron la mano para que se mantuviera y, así, luego extendió su mano para comenzar a reconocer el mundo y unirse a otros.

Su rostro aprendió el lenguaje de la sonrisa y la tristeza, así su espíritu compartió el universo de su consciencia para identificar sus emociones con gestos, acciones y espacios que abrazan, acercan o atemorizan.

Todo estaba dispuesto para que su espíritu entregara el Amor de su origen, en su camino con el destino de amar.

  1. Su mente descubrió el pensamiento que mide juzga, separa, une, abstrae y resuelve las relaciones, el orden y el caos de todo lo que se acercaba a su conocimiento.
  2. Su imaginación unía pensamientos, emociones y sensaciones en una imagen que saltaba en la mente, la emoción, los sueños, el decir de la gente y el cuerpo.
  3. El cuerpo le mostró el mundo tangible, el placer y el dolor, el hambre y el frío, la suavidad y la dureza y tantas sensaciones iguales y distinguibles.
  4. Los sueños le mostraron adivinanzas y encrucijadas, impulsos y experiencias encantadoras o ingratas, retos y crucigramas a resolver en la dimensión del subconsciente.
  5. De la presencia de la gente y sus dichos expandió sus alcances hasta los rincones donde la humanidad crecía, se destrozaba, reunía, querría, deseaba, expresaba su razón y su emoción; le daba pertenencia y competencia, inclusión y desolación, cercanía y seguridad, en la gente aprendía la síntesis de ser humano.

En el andar su consciencia dejó de escuchar la voz de su espíritu que lo guiaba a amar. Se apoderó de la consciencia la mente y juzgó, condenó y se convirtió en esclavo de sus ideas. Cuando la emoción tomó el mando, los rencores y resentimientos crecieron como maleza que ocultaba el amor. Cuando el cuerpo dominó la presencia el deseo y los excesos no permitieron descubrir el amor. Su imaginación tuvo momentos de dominio y la ansiedad y la depresión trastornaron su visión del mundo. Al dejar que el decir de la gente lo dominara para aceptar o renegar de su presencia, la desolación desvió el rumbo del Amor.

Hojita dominical del 14 de abril del 2019

La Palabra. Domingo de Ramos, 2019

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  • JESÚS ENTRA EN JERUSALÉN
  • ¿Qué me estás diciendo Señor?
  • Señor, por tu dolorosa pasión ten misericordia
  • En la verdad soy libre
  • Quiero abrazar mi Cruz

Responsable: Juan Manuel D’Acosta L.
Consejero terapeuta en Misión de Amor.
Consulta por cel/Whatsap +52 1 734-1295-201

Orientación personal y de pareja

Rescata la relación

Pon pie firme en el Amor de Dios para dar el paso de amar a tu pareja y a ti

Cuando la pareja tiene la etapa de enamoramiento, el Amor se hace presente como un pegamento que los unirá toda la vida y como si fuera un elástico los atraerá a reunirse, a pesar de la distancia, la infidelidad, de las complicaciones de vivir el divorcio, incluso, si establecieran segundas o más relaciones.

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Ven Espíritu Santo a mi comunión espiritual

Hay tres formas de recibir a Cristo: Sacramentalmente, espiritualmente y con actos de misericordia a nuestro prójimo. Recibe la comunión espiritual hasta lograr total reconciliación y ser digno de la comunión Sacramental. Dios te bendice y su Espíritu Santo nunca nos abandona.

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Ejercicio Espiritual: Señor ¡dame una respuesta!

Ejercicio Espiritual

¿Quieres una respuesta de Verdad?

Te tengo una buena noticia: El Señor te bendice. Y me gustaría que te sintieras bendecido y te acunes en sus brazos y te sientas hijo amado y te mires en su amor infinito.

Me gustaría que sintieras el gozo que por ti vale la pena dar hasta la última gota de sangre y por ti vale la pena realizar el milagro más grande de la humanidad: Encarnarse una y otra vez para entregarte su divinidad para divinizar tu humanidad.

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Oración por el Amor de cada día.

Señor, mi Dios, gracias por el regalo de tu Amor de este día. Recibo tu palabra que es el Amor.

Hoy me entregas la semilla del Amor, como cada día. Ayúdame a escuché tu presencia. Ayúdame a dejar de ignorarte. Tú me estás hablando en cada día, en cada instante, en cada circunstancia, en mi prójimo y en mí. Sigue leyendo «Oración por el Amor de cada día.»