Hay tres preguntas que tienen respuestas muy enriquecedoras: ¿de dónde vengo? ¿a dónde voy? y sobre todo ¿donde estoy?.
La contemplación es una forma de volver al presente, aquí donde está Dios presente, aquí donde estamos y podemos darle sentido al día, al que estamos viviendo, El pasado existió y el futuro tampoco está aquí. Desde este instante podemos retomar el efecto del pasado y darle un nuevo rostro a nuestra presencia en la tierra. Desde este instante podemos crear, en el Amor, a imagen y semejanza.
Sería deseable hacer este ejercicio en vivo, pero si no puedes, cierra tus ojos y visualízate en un puente sobre un río. De un lado viene hacia nosotros. Del otro, va hacia algún lugar. En el puente estamos, es donde podemos tomar conciencia de la presencia de Dios en nuestra vida que está presente.
El río que viene
Durante 5 minutos contempla el río que viene, mira como viene hacia el puente el río. Con tus ojos ve recorriendo el río hasta donde tus ojos alcancen, Hazlo mientras respiras profundamente, despacio como olas del mar calmo que se desliza en la playa. Al ritmo de tu respiración repite mentalmente una jaculatoria, como sería: Jesús de Misericordia en ti confío.
Mira como viene hacia ti, viene del origen. Mira como se encuentra contigo el río. Mira como el río trae tu memoria. Recorre tu memoria hasta tratar de alcanzar tu origen y mírate en tu memoria, es quien fuiste. Tu origen está en el amor. En el origen está el amor encarnándote para sembrarte en la humanidad.
El río que va
Durante 5 minutos contempla el río que va. Mira como se desplaza desde el puente hacia su destino. Con tus ojos ve recorriendo el río hasta donde tus ojos alcancen. Hazlo mientras respiras profundamente, despacio como olas del mar calmo que se desliza en la playa. Al ritmo de tu respiración repite mentalmente una jaculatoria, como sería: Jesús de Misericordia en ti confío.
Mira cómo se va hacia su destino. Mira como se mueve el río desde donde tú estás. Mira como el río va hacia tus sueños y tus esperanzas. Se mueve desde tu imaginación. Mira con tu imaginación hasta tratar de descubrir la meta final y en tu imaginación, mírate quien serás. El destino es el Amor. En tu destino está el amor esperando tus frutos en la humanidad.
El puente
Durante 5 minutos contempla el puente por donde pasa el río. Mírate entre el río que viene y el que va. Con tus ojos ve el río que viene y va en el puente. Hazlo, mientras respiras profundamente. Despacio como olas del mar calmo que se desliza en la playa. Al ritmo de tu respiración repite, a mentalmente una jaculatoria, como sería: Jesús de Misericordia en ti confío.
Mira cómo llega hacia ti y desde ti como se va. Mira el río, está donde tú estás. Mira como estás en el camino del río. Mira, donde tú estás puedes darle nueva forma al paso del río. Desde tu libertad puedes decidir si capturar el agua que viene o desviar hacia algún lado toda el agua que va o dejarla correr. Mira con tu libertad y descubre que estas presente entre el origen y el destino. Entre el inicio y la meta. Mírate, eres quien eres, desde el amor que viene, hacia el amor que va. Estás en el camino del amor. El amor es tu camino, donde puedes sembrar frutos en la humanidad, alimentados por el amor. Decide, eres libre. Estas en el presente, donde puedes crear con el amor. Dios es el origen, el camino, la verdad y la vida, es el destino. Mira el amor. Mírate en el amor. Mírate mirando el amor. Mírate mirado por el amor. Estas presente, estás en el amor.
Contesta las tres preguntas: ¿de dónde vengo? ¿a dónde voy? y sobre todo ¿dónde estoy?.
Ahora sabes quién eres, eres un amor en el Amor. Amor es lo único que en verdad puedes dar.