Contémplate en su Amor

Hoy no desayunaré por quienes tienen hambre

«Mantente quieta(o) y sabrás que Yo soy Dios». Señor, al mirarte y mirarme en ti, en tu misión de amor, voy abriendo en mi conciencia la profundidad y altura de tus Palabras que me guían a la tranquilidad y la grandeza de Tu Presencia.

(PAUSA)

¿Cuánto más he de buscar? Si mi alma reconoce que tú eres mi Dios en ti está la abundancia y la libertad. Mis ojos miran las respuestas y miro sin mirarte en ellas. Solo miro a mi prójimo y a mi mismo, sobre todo a mí mismo, como si fuera el creador del mundo que habito. Y dejo de habitar el universo que Tú creas, donde realmente estamos presentes.

Miro el mundo que me rodea descubriendo como el aire que me envuelve se sostiene en tu voluntad, la vida, las plantas y los animales, aún el gran polvo de tierra donde me has sembrado, está impulsado por tu amor. Me miro y la piel que me cubre cada célula que se sostiene en el ánimo que Tú les das.

(PAUSA)

Miro la trampa que mi mente ha hecho haciendo valiosa las riqueza de nuestras vidas. Miro como he luchado por cubrirme de piedras, pintura, espacios, papel y metales que llamo dinero, como he luchado por tener más tierra y me he convertido en esclavo de tanta necesidad que yo mismo he aceptado.

(PAUSA)

Desato la esclavitud de tener para darle libertad a mi libertad, al mirarme en ti y mirarte en mí. Al mirarme como soy, como tú me creaste, en la misión de extender tu amor. Al mirarme en ti que me aceptas aún con mis desviaciones de conciencia, descubro la libertad con la que me creaste para ser expresión de tu amor y mirar cómo te extiendes en mi prójimo y en mí mismo.

(PAUSA)

Concédeme, Señor, que quite la esclavitud que cubre mi libertad. Mirando mi ser en ti, mirando a los seres en ti, mirando a mi prójimo en ti, al mirar consciente que Tú nos miras como somos, no por lo que pretendemos poseer. Que puede ser mayor regalo para ti, si eres el creador del cielo que darte mi conciencia que es la posesión donde te descubro y me descubro libre de la avaricia y del egoísmo. Ayúdame a regresar mi conciencia a tu presencia, a mirarte en el templo de mi corazón donde me entregas las gracias de la vida: El amor, la risa, el cariño y el compartir. Como no darte las gracias por ese regalo que entregas a todos, por el hecho de estar encarnados en la tierra. En nosotros está tomar esas gracias de la vida y compartirlas. Igual que cuando pones el fruto en el árbol y lo único que nos pides es que vayamos y lo cosechemos.

Quiero mirar mi conciencia, mirando tu Presencia de Dios. Quiero mirar con claridad de donde surgen mis sentimientos del día anterior, mis alegrías, mis penas y mis esperas… Quiero mirar en cuáles estabas presente mi Dios y Señor.

(PAUSA)

Y ahora quiero descubrirle a mi conciencia La Palabra de Dios, quiero mirarte en mi mientras recorro en el relato de Lucas (6: 39-42)

Jesús les puso también esta comparación: «¿Puede un ciego guiar a otro ciego? Ciertamente caerán ambos en algún hoyo. El discípulo no está por encima de su maestro, pero si se deja formar, se parecerá a su maestro. ¿Y por qué te fijas en la pelusa que tiene tu hermano en un ojo, si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: »Hermano, deja que te saque la pelusa que tienes en el ojo», si tú no ves la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo para que veas con claridad, y entonces sacarás la pelusa del ojo de tu hermano.»

(PAUSA VUELVE A LEER AHORA DETENIENDOTE EN CADA IDEA Y MEDITANDOLA)

Me miro mirándote en tus palabras, pues tú eres mi pastor. Me miro recordando mis costumbres de pensar y ayudar a sacar el verdadero tesoro a otras personas. ¿En cuales era yo el que guiaba? ¿En cuales eras tú quien me guiabas?

(PAUSA)

Miro ante ti mi hábito de juzgar tan rápidamente a otros, de condenarlos. De echarles en cara la viga con mis ojos ciegos por la viga que cargo frente a mí. Señor, el tronco de mi egoísmo me oculta tu presencia, tu guía. Quiero descubrirte en mi conciencia.

(PAUSA)

Tu Espíritu Santo está animándome desde adentro de mi conciencia, desde lo profundo de mi alma para llevarme a lo alto del cielo. Miras y conoces mi interior desde lo más profundo. Me miras con generosidad y misericordia. Sin despreciar aunque no te valore, sin condenar aunque me comporte con fallas y defectos. Señor, quiero mirar en mi prójimo tu presencia, mirarte hoy mire en las personas que me molestan. Quiero mirar, tan cariñosamente como Tú lo haces.

(PAUSA)

Mientras te contemplo muchas sensaciones y pensamientos vienen a mi conciencia, quiero entregarte mi conciencia de consuelo, preocupación, indiferencia o…. Quiero imaginarte con tu presencia de Jesús como si estuvieras sentado o de pie, a mi lado, y compartirte mi conciencia con mis sentimientos y pensamientos, deseos, carencias y necesidades, con mi bondad y mi perversión, con mi imaginación y mis sueños, quiero contemplarme contigo. Quiero contemplarte presente. Quiero contemplarme en tu amor

(PAUSA)

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, como era en el principio, es ahora y siempre será, por los siglos de los siglos

Amen