¿Cómo tener Fe?

Hoy me perdonaré.

Retírate en tu hogar.

Haz este ejercicio espiritual:

Hoy medita sobre la fe para hacer la misión de amor que Dios ha puesto en tu vida que es amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo. Todos los días, cada día. Esa misión la logramos cuando podemos decir “Padre Nuestro” sintiéndonos hijos amados, todos, incluyendo a mis enemigos. El amor es la esencia de la vida y es necesaria compartirla y dejar que transforme en vida lo que es de la vida. ¿Crees en esto?

Abrahán creyó a Dios, y eso le valió la justificación. Luego la fe es la que salva, la fe es la que justifica, la fe es la que sana al hombre interior y exteriormente. (San Bruno de Segni)

Recibe los dones

El momento en que Dios te encarnó, puso en la tierra el soplo divino de su amor en tu espíritu, como se siembra una flor esperando con fe frutos de tu vida. Tu origen es el amor, es el camino y es el destino. Estás hecho a imagen y semejanza del creador. Compartes con Dios su fe en el amor, por eso el mandamiento de Amar a Dios sobre todas las Cosas y a tu Prójimo como a ti mismo, para ser uno en, con y para el Amor. Mira en el espejo la flor de amor que Dios ha encarnado con fe.

LA PALABRA DE DIOS

Evangelio según San Lucas 18,1-8.

Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse:

«En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres;

y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: ‘Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario’.

Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: ‘Yo no temo a Dios ni me importan los hombres,

pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'».

Y el Señor dijo: «Oigan lo que dijo este juez injusto.

Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar?

Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?».

Homilía del Papa Francisco:

“Todos nosotros tenemos la responsabilidad de dar lo mejor que tenemos y lo mejor que tenemos es la fe. Darla a ellos, ¡pero darla con el ejemplo! Con las palabras no sirve, con las palabras… ¡Hoy las palabras no sirven! En este mundo de la imagen, todos estos tienen el celular y las palabras no sirven… ¡Ejemplo! ¡Ejemplo! ¿Qué cosa les doy a ellos?”

A este punto, comenzó el diálogo. El Papa preguntó a los chicos por qué participaban en esta misa, y alguno, después de cierto tiempo, se armó de valor y admitió: “Para verte…”. El Papa Francisco replicó: “También a mí me agrada verlos a ustedes”. Y se informó acerca de si ya recibieron la Primera Comunión, y también la Confirmación, y repitió a todos que el Bautismo “abre la puerta a la vida cristiana” y que, inmediatamente después, inicia un “camino largo cuanto toda la vida”.

El recorrido descripto en la Carta de Juan escuchado poco antes: “Caminar en la verdad y en el amor”. Y más adelante, indicó el Papa, llegarán otros Sacramentos como el matrimonio. Pero este camino, reafirmó, “es importante saber vivirlo, saber vivirlo como Jesús”:

“¿En estos Sacramentos – les pregunto – la oración es un Sacramento?… ¡Fuerte!… ¡No! ¡Es verdad!, ¿no? La oración no es un Sacramento, pero debemos rezar. ‘¿No saben si deben rezar? Bien… ¡Sí! Rezar al Señor, rezar a Jesús, rezar a la Virgen, para que nos ayuden en este camino de la verdad y del amor. ¿Entendieron? Han venido para verme. ¿Quién de ustedes lo había dicho? Tú. Es verdad. Pero también para ver a Jesús. ¿De acuerdo? ¿O dejamos de lado a Jesús? Ahora viene Jesús al altar. ¡Y lo veremos todos! ¡Es Jesús! En este momento debemos pedir a Jesús que nos enseñe a caminar en la verdad y en el amor. ¿Lo decimos juntos? ‘Caminar en la verdad y en el amor’”

Actividad del retiro:

Mira tu espíritu y dile con la fe que te entregó:

Dios de amor, hoy quiero que resucite el amor.

Quiero resurgir y que resucite tu amor del que estamos hechos.

Quiero mirarme al espejo y también mirar al prójimo, con tus ojos de amor.

Quiero contemplarme con tu misericordia

Y resurgir tirando toda esa basura de resentimientos y rencores que impiden que tu amor y gloria fluyan en mi vida.

Ayúdame a descubrir tu Amor que limpia y me limpia el corazón: del grito, el regaño o el maltrato que recibí, algunas veces sin que me escucharan.

Con tu amor curo aquella agresión que me hirió física y emocionalmente.

Con tu amor miro diferente ese tiempo que no me dedicó.

Esas veces que no quiso estar conmigo, que no se interesó por lo que sentía.

Con tu amor, transformo aquellas situaciones y acciones que me hicieron tener miedo… aquellos momentos que me hicieron llorar.

Quiero que resucite tu amor por aquel momento que tal vez no recuerdan, pero que dejó en mi un dolor que todavía hoy tengo.

Dame tu Amor Resucitado para curar todo lo que de alguna manera me lastimó: Palabras…Acciones…. Silencios…. y actitudes…

Quiero que resucite Tu Amor en mi prójimo y en mi. Somos hijos del Padre Nuestro, hechos de su Soplo de Amor que vence hasta la muerte,

Señor, aumenta mi fe en el Amor que perdona y nos resucita.

Platica con el Señor

Busca un crucifijo e inicia tu conversación con el Señor

Señor Jesús, frente a tu cruz, me vuelves a llamar el día de hoy. Percibo que a menudo llego sólo a pedirte favores. Hoy sólo deseo estar en Tu Presencia. Que mi corazón pueda responder con fe a Tu Amor. Sentir que la paz está con nosotros. ¡La paz sea con ustedes! Entrego un saludo de Paz a Dios, a nuestro prójimo y a nosotros mismos. Y así comienzo a desatar las ofensas para ser libre.

Que tu oración se extienda en la red de caridad del Señor, entrégale esta flor de amor al Señor .

DIOS DE AMOR, HOY QUEREMOS PEDIR PERDON A NUESTROS HIJOS

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