Para tu misión la providencia del Señor ha dispuesto que ¡ya estés donde debes estar! y con quien tienes que estar. Te invitamos a que aceptes ser misionero del Amor del Señor y orientes a la familia humana que Ama.
Contenido
Únete a la Misión de Amor
Recibe la buena noticia de la palabra del Señor en el evangelio. El Señor te pide que encarnes el Amor en tu vida: “Que lo ames sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo. Que le digas Padre Nuestro sintiéndote hijo amado. Descubre que, si te cuesta dar el paso de amar a tu hermano o a ti mismo, haz de poner píe firme en el Amor del Señor.”
Reúnete con tu prójimo y con el mundo, para que nos miremos unidos en el Amor. Seamos hermanos en el Señor. El Señor pide por nosotros a quienes nos envió a encarnar el Amor. Somos misioneros de su amor, como lo dice en el relato de Juan (juan(17:20-26)
«Pero no ruego sólo por éstos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú Me enviaste.
La gloria que Me diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno: Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que Tú Me enviaste, y que los amaste tal como Me has amado a Mí.
Padre, quiero que los que Me has dado, estén también conmigo donde Yo estoy, para que vean Mi gloria, la gloria que Me has dado; porque Me has amado desde antes de la fundación del mundo.
Oh Padre justo, aunque el mundo no Te ha conocido, Yo Te he conocido, y éstos han conocido que Tú Me enviaste. Yo les he dado a conocer Tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que Me amaste esté en ellos y Yo en ellos.”
¿Cómo unirse a la Misión de Cristo?
Recíbelo Sacramentalmente, espiritualmente y en el prójimo doliente, como nos lo dice en el relato de Mateo (Mateo 25:34-):
«Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: ‘Vengan, benditos de Mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes Me dieron de comer; tuve sed, y Me dieron de beber; fui extranjero, y Me recibieron; estaba desnudo, y Me vistieron; enfermo, y Me visitaron; en la cárcel, y vinieron a Mí.
«Entonces los justos Le responderán, diciendo: ‘Señor, ¿cuándo Te vimos hambriento y Te dimos de comer, o sediento y Te dimos de beber? ‘¿Y cuándo Te vimos como extranjero y Te recibimos, o desnudo y Te vestimos? ¿Cuándo Te vimos enfermo o en la cárcel y vinimos a Ti?
«El Rey les responderá: ‘En verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron.”
¿Que hace un misionero de Amor?
La regla del Misionero de Amor la describe Juan en su primera carta (1 juan 4:8-20}
Nosotros somos de Dios. El que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor de Dios en nosotros: en que Dios ha enviado a Su Hijo unigénito (único) al mundo para que vivamos por medio de El.
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que El nos amó a nosotros y envió a Su Hijo como propiciación por nuestros pecados.
Amados, si Dios así nos amó, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nunca Lo ha visto nadie. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y Su amor se perfecciona en nosotros.
En esto sabemos que permanecemos en El y El en nosotros: en que nos ha dado de Su Espíritu.
Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió al Hijo para ser el Salvador del mundo. Todo aquél que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios.
Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él.
En esto se perfecciona el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como El es, así somos también nosotros en este mundo.
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor.
Nosotros amamos porque El nos amó primero.
Si alguien dice: «Yo amo a Dios,» pero aborrece a su hermano, es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto. Y este mandamiento tenemos de El: que el que ama a Dios, ame también a su hermano.
La palabra nos une
Así como nuestra Santísima Madre aceptó al Espíritu Santo para encarnar el Amor de Dios. Lleva por los lugares donde vayas la buena noticia de que el Señor es el Amor que tanto buscan. Pide que ruegue por nosotros mientras sembramos y cultivamos flores de amor y misericordia en este mundo. Comparte tu experiencia al descubrir los frutos del Espíritu Santo del Señor, escríbenos tus oraciones, meditaciones, narra tus momentos de contemplación y de perdón.
Te apoyamos en tu misión
- Regístrate en la lista de correos
- Te ofrecemos:
- Cursos de facilitador de retiros y espiritualidad
- Retiros
- Desarrollo con espiritualidad
- Taller del Perdón
- Apoyo al dialogo
- Prácticas de Meditación
- Actividades de Contemplación
- Publicaciones, grabaciones, productos de la región.
Apóyanos
Nos sostenemos de la Providencia del Señor, por eso, te extendemos la mano en nuestra misión de amor, pues unidos podemos cubrir este mundo de flores y frutos del Amor de nuestro Señor.
En tu mano están bendecirnos con tus oraciones, difusión, becas, artículos propios, donativos, sustento, propuestas o equipo.
Dios te bendice, abracemos al mundo con su Amor.