Las vírgenes del cielo cuando supieron que iba a subir la Santísima Virgen, quisieron hacerle una túnica y fueron a preguntar a Señor San José, de qué color harían el vestido y dijo que blanco, entonces buscaron las más ricas telas, además finas piedras, hermosos lirios y azucenas.
Se pusieron a trabajar y terminando la hermosa túnica, que más parecía de pétalos de lirio que de tela, una de ellas se fijo que faltaba el bordado de piedras preciosas, pero otra vio que ya era muy tarde y no terminarían; quisieron colocarlas en la túnica pero rodaron y cayeron en la tierra no dando tiempo de recogerlas.
Al día siguiente vieron con sorpresa que se habían convertido en pequeñas flores y las llamaron: “Nomeolvides”, como queriendo decir, No me olvides Madre mía.
Como es pequeñísima esta florecita así es ante la Santísima Virgen mi oración y la ofrezco a María con todo fervor en agradecimiento a los RR.PP. Vicente González y Pablo Arrieta, O.S.B., que con tanta caridad y celo se ocupan de nuestras almas y del Colegio Santo Niño de Praga.
Encuentro esta sencilla frase como una continua plegaria de gratitud: “NO ME OLVIDES, MADRE MÍA”
Oración de Rosa María Serrano Eguiluz a los 9 años de edad