Sólo un abrazo

Hoy miraré a mi prójimo como el milagro del Amor de Dios

La mayoría de las personas solo nos acordamos de Dios cuando tenemos algún problema o conflicto que no podemos resolver.

Hace  poco tiempo miraba a mi padre y miré una persona que necesita afecto, por lo general pensamos en las madres, ¿pero quién piensa en su padre?.

Bueno estaba yo en eso cuando me vino al pensamiento, ¿y Dios? acaso no es mi padre  también?

Así entre pensamientos me surgieron  algunas preguntas ¿necesitará  Dios que nosotros como sus hijos le demostremos afecto  o  le demos un saludo o un abrazo, que compartamos con él las alegrías y los buenos momentos de la misma forma que hacemos para reclamarle cuando nos van mal las cosas o no van con lo que quisiéramos?

No obstante a pesar de esas dudas sé de alguna forma en mi corazón ¡que si! que Dios como todos los padres que tenemos en la tierra, quiere  el amor de sus hijos y vernos felices y caminando en el amor verdadero.

Pero..¿Cómo le hago saber a Dios que me importa y que si lo quiero? ¿Cómo lo saludo o lo abrazo?  ¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo lo tengo que hacer?, aún más confusa que al principio de mi reflexión los pensamientos surgían sin poderlos detener.

Buscando la forma de  abrazar a Dios, decidí abrir mis brazos y abrazar a mi prójimo en su nombre, decidí abrir mi corazón y en verdad tratar de comprender, decidí tener el valor de dar y  reconciliarme con el amor, una sonrisa, un abrazo, una palabra de consuelo son amores repartidos que no cuestan y son agradecidos

Decidí ver a mi padre Dios en mi padre de la tierra que me enseña cómo ser hija, decidí compartir  amor en mi vida y ésta ahora es bendecida, porque mi padre, el Padre Nuestro siempre nos da su amor  y amor es lo que espera de sus hijos.

Altagracia de Ávila

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