Señor perdona nuestras ofensas y ayúdanos a perdonar a quienes nos ofenden.
Cada vez que me enojo con alguien, me siento prisionero de esa persona. Pierdo mi libertad porque estoy muy atento, dependo de lo que haga, cada cosa que diga o deje de hacer esa persona me molesta. Con esa basura en mi vida dejo de caminar por la vida libremente.
Señor quiero librarme de la basura de esa persona que yo he recogido en mi casa y que la guardo en bolsas de enojo, de rencor, quiero tirar este resentimiento.
Quiero mirarme y mirar a esa persona a tu imagen y semejanza: libre.
Quiero disfrutar de la herencia de libertad de nuestro Padre. Ayúdame con la verdad para ser libre y hacerme responsable de mis pensamientos, de la basura de mis juicios hacia esa persona, de las palabras que he lanzado como piedras, de las obras o lo que haya dejado de hacer. Esa basura con la que tapo el brillo del amor que tú nos diste en nuestro espíritu.
Quiero ser libre, Tú siempre me pides eso, pues libres es la única forma en que nos ves. Libres para compartir el amor del que estamos hechos, el Amor que soplaste en nuestro espíritu. Es el mismo soplo del Espíritu Santo, es el amor del espíritu lo que en verdad podemos dar, el amor que sostiene y guía.
Quiero mirar la paz en lugar del conflicto que tengo con mi prójimo, perdonando y perdonándome por guardar tanta basura: Soy responsable de no limpiar mi espíritu de conflictos, ofensas y errores o pecados. Señor ayúdame a no juzgar a mi prójimo como si yo fuera un juez justo y que todo lo sabe.
Ayúdame a escribir en la arena las ofensas que recibo como cuando te llevaron a la mujer adultera y escribiste en la arena.
Quiero liberar mi corazón de las ofensas escribiendo en la arena que se llevara el viento que Tu Amor manda.
Quiero mirar en mi prójimo el amor del que estamos hechos, tirando las ofensas, que son basura en mi corazón, sólo ocupan lugar en mi conciencia y ocultan tu amor.
Ayúdame a tirar esa basura de mi casa más de setenta veces siete.