Hoy rezaré un padre nuestro, diez ave María y el gloria, por el descanso eterno de las animas del purgatorio.
Oh Jesús, a través de tu compasión, enséñame a perdonar bendiciendo desde el amor, enséñame a negarme desde la humildad.
Acompáñame examinar mi corazón y a sanar las heridas, temores y amarguras que me paralizan.
Permite que tu Espíritu Santo penetre en mi espíritu y transforme todo rastro de enojo.
Levántanos con tu amor, paz y libertad. Une nuestros corazones, llena nuestro vacío de propia complacencia, vanidad, egoísmo, debilidad, ira y ambición .
Ayúdanos a cargar con ánimo nuestra Cruz.
Amén