Frutos del Retiro en San Bernardino, Xochimilcodel 10-11/ Noviembre/2012
Hacer una pausa en la vida y correr a abrirle la puerta a nuestro Señor para invitarlo a nuestra vida es la mejor forma de describir lo que es un retiro con la presencia vivificadora de Dios en todo mi cuerpo, en todo mi entorno, en la totalidad de mi vida. En la Iglesia de San Bernardino de Sahagún, en Xochimilco, pudimos hacer esta pausa en la vida durante dos días con la disposición de descubrirlo en nuestras vidas y ofrecerle nuestra conciencia para caminar, dejándonos guiar por Cristo. Providencialmente, el sábado, al llegar a la parroquia, como si vinieran a nuestro encuentro, el NiñoPa y el Niño de Belén, dos imágenes de la inocencia de nuestro Señor que son verdaderamente significativas para la comunidad de Xochimilco y que para nosotros representó una bienvenida de nuestro Señor Jesucristo a este retiro.
En estos días, Dios nos enseñó como un maestro de escuela a su pupilo, descubriendo que hay mucho que Dios desea aun enseñarnos. Si nosotros le pedimos la gracia de escucharlo y de aprender. Y eso es con la Oración, Iniciamos pues con el taller de oración, de dialogo, descubriendo cual es el comportamiento y la actitud más propicia para dialogar, así fuimos a realizar un primer ejercicio espiritual frente a nuestro Señor expuesto en la custodia de su capilla. Simplemente era comenzar a abrir la puerta. Continuamos estudiando hasta mirarnos haciendo esta oración y para tener una mayor claridad en el alcance de esté dialogo, meditamos sobre el Padre Nuestro, el Ave María y realizamos una carta a manera de oración hacia nosotros mismos. Comenzó así la primera tarea de Misión de Amor, la carta (epístola) hacia nosotros mismos y a nuestros hermanos.
Por la tarde vivimos el taller del perdón donde para mirar toda esa red de relaciones con mi entorno, con la naturaleza, con mis hermanos, con Dios… y mirar que algunos tejidos de la red están rotos, otros torcidos..y así le pedimos a nuestro señor la fortaleza en nuestra debilidad para recibir la gracia de la aceptación … y del perdón …Perdonar hasta llegar a transformar esta ofensa o deuda en una bendición, perdonar hasta salvar a nuestro prójimo de nuestros juicios y de nuestro egoísmo. Perdonar para tirar la basura de rencores y resentimientos. Perdón para aceptar el Perdón que nos da el Padre Nuestro con toda su misericordia.
La mañana del domingo fue para recapitular y revisar las objeciones por las cuales algunos no alcanzaron a realizar sus epístolas, algunos escribieron 5 letras hacia su prójimo “TE AMO”, otros “TE QUIERO”, otros miraron que había que extender la carta del dialogo con Nuestro Señor hacia nosotros mismos. Y el Día del Señor se hacía presente, hicimos nuestro ejercicio espiritual frente al Santísimo y luego, ya en el salón, comenzamos a descubrir que la Santa Misa es un pequeño retiro que puede vivirse con gran profundidad, reconociéndonos pecadores, pidiendo la intercesión, alimentándonos de la palabra y consagrándonos en cuerpo y alma a nuestro señor en el momento del ofertorio, pues sin lugar a dudas viene a nuestro encuentro, al consagrarse a nosotros y entregarse como pan de vida eterna. Así nos retiramos en la Santa Misa.
Y como el retiro de la Santa Misa es profundo y muchas veces salimos al mundo sin gustar este sagrado misterio, nos fuimos a meditar usando el responso del salmo día: “El señor siempre es fiel a su palabra” caminamos hacia el embarcadero de las trajineras, con la conciencia que los únicos pensamientos que aceptaríamos serían los que nos descubrieran “de dónde venimos”. Algunos pudieron abstraerse meditando mientras caminaban por las calles, otros olvidaron así que ya en la trajinera, volvimos a meditar primero enfocados en cuál es nuestro origen y luego, en cual es nuestro destino. Aquella sensación de fluir por entre los canales tranquilos entre las “chinanpas” llenas de vida: Arboles, flores, sembradíos, patos, pájaros cantores, fue muy enriquecedor. Terminando la meditación: A compartir el pan, comimos y aquella trajinera que iba especialmente callada, resonó como campana de alegría, saludando con bromas y porras a los turistas que ya venían de regreso en su trajinera.
De regreso la meditación enfocada en descubrir “En donde estoy”, pues desde donde estoy es el lugar donde puedo transformar el efecto del pasado y darle rumbo al futuro. Al llegar nuevamente al salón, los “boyscouts” nos recibieron providencialmente con una rebanada de pastel. Recibimos unas medallas de San Benito que el Sr. Obispo Andrés Vargas Peña nos hizo favor de bendecir y así comenzaron las conclusiones personales de las que se destacas: “El Señor está conmigo”, “es mi fortaleza”, “puedo cambiar mi forma de actuar”, “sé el rumbo”. -comienzo mi misión de amor, de amar, de dejar de condenar y comenzar a salvar a mi prójimo como nos lo pide el Señor.