En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…
Mírate en la presencia real y soberana de Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento, pues para la salvación de tu espíritu ha venido, renuévate en su presencia y que el Espíritu Santo ilumine el ánimo en tus proyectos, tus necesidades y tus carencias y tus dolencias.
Cristo es el Amor de los amores que llega a tu encuentro. Contempla con tus ojos y reconoce con tu espíritu el milagro más grande que la humanidad puede conocer: la presencia real y soberana de nuestro Señor, que transforma el pan de nuestro trabajo y el vino de nuestro sacrificio en su cuerpo y Sangre.
Dialogo frente al Sagrario
SAN ALFONSO Mª LIGORIOSeñor mío Jesucristo, que por amor a los hombre estás noche y día en este sacramento, lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte: creo que estás presente en el sacramento del altar.
Te adoro desde el abismo de mi nada y te doy gracias por todas las mercedes que me has hecho, y especialmente por haberte dado tu mismo en este sacramento, por haberme concedido por mi abogada a tu amantísima Madre y haberme llamado a visitarte en este iglesia.Adoro ahora a tu Santísimo corazón y deseo adorarlo por tres fines: el primero, en acción de gracias por este insigne beneficio; en segundo lugar, para resarcirte de todas las injurias que recibes de tus enemigos en este sacramento; y finalmente, deseando adorarte con esta visita en todos los lugares de la tierra donde estás sacramentado con menos culto y abandono.
https://www.youtube.com/watch?v=cGK4OIdPHyw&list=PLNfC1qqF4f0oWyp8WFb8tsPi2V4RyPB-W
Qué mayor alegría que estés en contacto con Cristo, es todo y no hace falta nada. Míralo y mírate en Él, míralo en ti. Descubre como te mira y espera pacientemente tu presencia y tu conciencia para recibirte e iluminarte con el amor del Espíritu Santo. Recíbelo, abre la puerta de tu corazón, está llamando.
Comunión Espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén