Soy como un niño cuando hablo de amor

Hoy lavaré los platos pensando en mis resentimientos

«Hoy jugaré al menos con un niño»… Siembra esta flor de amor y extiende las redes de nuestro Señor .

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Dios de Amor, quiero que resucite el amor como niño.

Dios de Amor, que más grande regalo puedo pedirte para mí y mi prójimo, para el pariente y el vecino, que resucite el amor de niño en nuestras vidas.

Tú siempre nos invitas a la casa del padre, para jugar los hijos y los nietos, los primos y los abuelos, vecinos y quien sea, todos juntos como niños:“Les aseguro que si no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los cielos. El que se haga pequeño como este niño será el más grande en el Reino de los cielos” Mt 18, 1-4

Quiero que resucite el amor que recibe a todos los niños, aunque estén pobres o enfermizos. O aguarden nacer. Tú dices: “El que recibe a este niño en mi Nombre me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe a Aquel que me envió» Lc 9, 46-50

Quiero que resucite el Amor como niño para correr a tu encuentro, para avisarle al mundo, con ánimo y entusiasmo, la buena noticia que ya llegaste a vernos para que les digas, aunque nos veamos Niños Grandes: «Dejen que los niños se acerquen a mí» Mc 10, 13-16

Cuando digo «soy como un niño cuando hablo de amor» significa que me siento muy emocional e inexperto al hablar sobre mis sentimientos románticos. Como un niño, puedo ser ingenuo e inocente en mis ideas sobre el amor y las relaciones. También puedo ser muy emocional y apasionado en mis expresiones, como un niño que expresa sus sentimientos sin inhibiciones. Pero como adulto, sin el perdón, me siento vulnerable y un poco inexperto cuando se trata de hablar sobre el amor.

«Si perdono, soy como un niño cuando hablo de amor» es una frase que implica que perdonar a alguien que ha hecho daño puede ser un acto de amor infantil, en el sentido de que es un acto de pureza y falta de malicia. Al perdonar, podemos ser como un niño en el sentido de que podemos dejar de lado las emociones negativas y ver a la otra persona con una perspectiva más inocente y compasiva, sin el peso de la rabia o el resentimiento. Perdonar también puede requerir un nivel de humildad y vulnerabilidad, lo cual es similar a cómo un niño puede ser honesto y abierto acerca de sus emociones sin sentirse avergonzado o inhibido.

Dios de Amor, quiero que resucite el amor como niño.

Ver También: Oración al Santo Niño de San Antonio