Tu separación es egoísmo que oculta el amor

La separación es un grito del egoísmo que me enferma de soledad. La soledad no quiere perdonar, se desespera, busca la comodidad y la felicidad del mundo temporal, tiene miedo ante las tormentas. En el grito de la soledad, quisieras tener un «vida nueva», exiges que los demás la llenen. Y las personas, sobre todo las cercanas, no hacen lo que necesitas, dependes de lo que el otro te dé. Buscas en las opiniones el «evangelio humano» que hace justa la voz del egoísmo. El egoísmo hace que me mire como rueda con el eje en mí mismo, por eso ruedo sin sentido aunque me mueva. Sigue leyendo «Tu separación es egoísmo que oculta el amor»

Oración de liberación espiritual

Ruego por recibir la Gracia de poder encontrar las palabras, y la fortaleza interior, para alcanzar y llegar a la Presencia de Dios; para formar mis labios y mi corazón, y así encontrar a Dios en una plegaria que sólo mi corazón puede pronunciar, y en un canto que sólo mi alma puede cantar en libertad. Sigue leyendo «Oración de liberación espiritual»

Desprecio mi necesidad

Como desprecio mi necesidad alma mía, por las mañanas mi mente se ocupa de las carencias y en las oraciones me fatiga mantenerme hablando de mis limitaciones al Señor. ¿Cuánto espero en el Señor? pero más le hablo de las penas de la tierra, del recurso que no alcanza, del trabajo que no produce, del amor envuelto en la oscuridad de las dudas. Pero tú, alma mía, como vela en la noche oscura, mantienes mi conciencia con la esperanza de la misericordia del Señor. Sigue leyendo «Desprecio mi necesidad»

Amor ¿dónde estás?

Señor, le oculto a mi conciencia la presencia del alma mía donde estas tu, fuente de vida, verdad, amor, paz y libertad. Con mis razones y emociones desbocadas y el ansia de sentir las sensaciones de mi cuerpo distraigo mi conciencia de tu luz que se enciende en el alma con tu espíritu Santo.

Ayúdame Señor a mirarte sobre todas las cosas, a esperarte sobre toda la vida, a sentirte emergiendo de tu creación con tu bondad y tu paz.

En ti está la luz que ilumina mis dudas y mis temores, luz de paz plena y eterna que da gozo al mundo y gracia al universo.

Cuando recupero la quietud de mi conciencia en el silencio de mi oración, te miro en Jesucristo, encarnado en esta vida dándonos tu divina conciencia y la puerta a tu eterna gloria. Jesús, en ti confío, te necesito, ayúdame a descubrirte no en la tormenta, ni el fuego o el terremoto, sino en el suave abrazo de la brisa con la tierna mano de la tierra sosteniéndonos.

Espera a que llegues

Alma mía, Dios te contempla con amor y espera tu presencia. Así también conoce cada uno de los pensamientos y emociones, preocupaciones, carencias y necesidades que guardas en tu conciencia. Ha estado siempre presente a pesar de que lo has ignorado o puesto en segundo lugar y hasta lo has dejado en el olvido. Alma mía descubre que el aliento que te anima es el amor del Señor, retírate a su presencia.

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Acepta y entrega

Alma mía, el Señor insiste en que pongas su palabra en tu vida, que la encarnes y la extiendas como bendición por el mundo. Simplemente la escucha de su palabra parece difícil, pues hay tanto ruido en las preocupaciones y rencores, en el temor y los egoísmos del corazón, que alzarse sobre ese ruido requiere negarse y cerrar la puerta de los sentidos y las emociones para entender y comprender la palabra del Señor. Alma mía, su palabra tiene la fuerza y el sentido de lo que tanto anhelas. Sigue leyendo «Acepta y entrega»

Camina en la profundidad

Camina en la profundidad,  pues es donde el espíritu se regocija en el Señor. Desprecia el navegar ligero de la superficialidad, para arar la tierra de tu conciencia y darle onda raíz a tus obras que se nutren del amor.

Camina profundo en la presencia del amor, para transformar tu rastro en la tierra, moviendo montañas de arena, hasta reconciliar el cause de la verdad en piedra presente. Sigue leyendo «Camina en la profundidad»

La esperanza

Los pasos para recibir un milagro son:

1. Despierte la esperanza que está dormida en su vida. Usted necesita irse a la recámara donde está dormida «esperanza» y decirle «¡hey Espe! Levántese de ahí, mi amor, que usted y yo tenemos que ir a conquistar una tierra que el Señor nos ha prometido». Hay que despertar la esperanza en nuestras vidas. Hay gente que vive toda su vida sin esperanza; no saben que les va a traer el mañana, están temerosos del mañana. Dios dice que Él quiere que usted viva con esperanza. Crea que Dios quiere hacer un milagro. Yo no sé de donde vino esa mentalidad de decir, «no, es que yo no merezco nada. Soy un gusano de Jacob, Dios a mí no me quiere dar nada».

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