- “Pido oración porque estoy pasando por pruebas muy difíciles, estoy trabajando con mi aceptación y voluntad pero me está costando mucho».
Alma Mía, orar es dialogar para escuchar la expresión del Amor
de Dios, orar es ser anfitrión de la verdad, el camino y la vida. Es
el paso más importante para entregar tu voluntad a la Voluntad del
Amor.
Cuando haces oración confía que Dios siempre está presente,
escucha tu petición y conoce tus necesidades. Dios de Amor con
nosotros, escucha su voluntad. Y cuando otros piden que intercedamos
en oración, tu dialogo con el Señor es para que el Amor haga su
voluntad. Que sea el Amor quien sostenga tu voluntad y guíe
pensamientos, emociones, cuerpo, imaginación, sueños y la relación
con las personas.
Si alguien sabe la respuesta a ¿que es lo que ocurrirá mañana?
es el Señor. Entonces porque esmerarse en hacer nuestros planes sin
considerar que Dios está presente y el fundamento es «que se
haga su voluntad en el cielo como en la tierra». Cuando hagas
oración también hazle la pregunta que nuestra madre, la Santísima
Virgen, nos enseñó ¿ y como será posible hacer tu voluntad?
Se anfitriona del Amor que viene a tu encuentro.
Permítete ser la anfitriona de Dios, encarna el Amor. ¿Como
aceptar el Amor que te anima el alma? cuando tu mente, emociones y el
decir de la gente quieren ser los gobernadores de tu vida. Recuerda
que le pedimos al Padre Nuestro “Que se haga su voluntad” y su
voluntad es expresar su Amor desde nosotros, por eso nos enseña
Jesús que: primero Amemos al Padre Nuestro y así, al poner píe
firme en su Amor, demos el paso de amar a nuestro prójimo y a ti,
alma mía.
Medita
Así pues, para ser anfitriona de Dios: Medita. Detén tus
pensamientos e invoca constantemente a Jesús con la jaculatoria:
“Jesús, en ti confío”. También detén el gobierno de tus
emociones con una respiración sosegada y suave como las olas del mar
calmo llegando a la playa.
Alma mía, regresa el gobierno a tu corazón (Recordar significa
regresar al corazón). Recuerda al tomar aire: «Jesús» y
al soltar el aire «en ti confío» al Inhalar recibe a
«Jesús» y al exhalar entrégale tu voluntad,
preocupaciones y penas, temores y necesidades: «en ti confío».
Es decir, Medita pausadamente, sin prisa, sin exigir respuesta inmediata, con la confianza de que viene el Amor a tu encuentro. Recuerda que el Amor no es un sentimiento que se amplifica o acaba con nuestra voluntad y desilusión, es el Señor: Dios es Amor.
Descubre el Amor de Dios está presente y te abraza en su
creación, con su presencia, te guía con su palabra, te consuela y
fortalece con su Espíritu Santo guía. la expresión de su Amor,
siempre está presente. El cielo y la tierra se rigen por su Amor.
Los océanos y la vida, se ordenan en su Amor. Al escuchar en la
oración y meditar en su presencia, nos entrega su Amor para que, al
compartirlo, seamos libres expresando la verdad, el camino y la vida
del Amor.
Los Milagros son la expresión de su Amor. En todo lo que te rodea
está su expresión de Amor como en ti. Con los ojos de tu espíritu
verás las expresiones de Amor. Con tu mente, emociones y cuerpo sólo
distinguirás limitación y caos, confusión y en tu consciencia el
desanimo. Pues el desánimo es el mal contacto con tu ánima, con tu
alma, con tu espíritu que reconoce el camino, la verdad y la vida.
Por eso, reconoce al Amor y al orar escucha su expresión, al
meditar descubre que Dios está presente.
¿Quieres que hablemos? Dios está presente.