3er. día del Novenario por nuestros difuntos

Hoy abrazaré a mis seres queridos.

3er. día del Novenario por nuestros difuntos

He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.

Contenido

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Iniciemos este 3er. día del Novenario por nuestros difuntos Por la Señal, etc.

V. Hemos venido a rezar por el difunto (a) N……

TODOS: En tus manos, Señor, encomiendo su espíritu.

V. Estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos (1 Juan 3,14).

TODOS: En tus manos, Señor, encomiendo su espíritu.

V. Aunque camine por lugares oscuros, nada temo, porque Tú estás conmigo (Salmo 22,4).

TODOS: En tus manos, Señor, encomiendo su espíritu

V. Oremos

Señor nuestro, que eres amor; recibe en tu presencia a tu hijo (a) N…. a quien has llamado de esta vida. Perdónale todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz y paz eternas, levántalo (a) para que viva siempre con todos tus santos en la gloria de la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.

TODOS: Amén-

V. ¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amen.

LECTOR: Señor mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con justicia en esta vida o en la otra: concédenos la gracia de nunca pecar y ten misericordia de los que, habiendo pecado, no pudieron, por falta de tiempo, o no quisieron, por falta de voluntad y por amor del regalo, satisfacer en esta vida y están padeciendo ahora sus penas en el purgatorio; y a ellos y a todos llévalos pronto a su descanso..

Ant. 2: Señor, dígnate librarme, date prisa en socorrerme.

He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes.

No me he guardado en el pecho tu defensa,
he proclamado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.

Tú, Señor, no me niegues tu clemencia,
que tu misericordia y tu lealtad me guarden siempre,
porque me cercan desgracias sin cuento.

Se me echan encima mis culpas,
y no puedo huir;
son más que los cabellos de mi cabeza,
y me falta el valor.

Señor, dígnate librarme;
Señor, date prisa en socorrerme.

Alégrense y gocen contigo
todos los que te buscan;
digan siempre: «Grande es el Señor»,
los que desean tu salvación.

Yo soy pobre y desdichado,
pero el Señor cuida de mi;
tú eres mi auxilio y mi liberación:
Dios mío, no tardes.

Ant. 2: Señor. dígnate librarme, date prisa en socorrerme.

V. No te acuerdes, Señor, de sus pecados.

R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.

V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia sus pasos.

R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.

V. Dale, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna.

R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.

Padrenuestro.

V. De la puerta del infierno

R. Saca, Señor, sus almas.

V. Descansen en paz.

R. Amén.

V. Señor, oye mi oración.

R. Y llegue a ti mi clamor.

10 ave maría y Gloria  o Rosario

Conclusión

Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.

Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Oremos. Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

V. Dales, Señor, el descanso eterno.

R. Y luzca para ellos la luz perpetua.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

V. Descansen en paz.

R. Amén.