5o. día del Novenario por nuestros difuntos.

Hoy les diré un piropo a los matrimonios que vea.

En este 5o. día del Novenario por nuestros difuntos, reconozco Señor, que al encarnarte de la Santísima Virgen María has tomado la condición humana, así la humanidad también tiene tu condición divina para regresar a la casa del Padre Nuestro.  Eres el Cordero de Dios sacrificado en el altar cada día, en cada Sagrada Misa, que con tu sangre abres las puertas del cielo. Eres el Amor, el origen, el camino y el destino.

Recibe está oración de manos de la Santísima Virgen para alabarte, agradecerte, pedirte perdón e implorar tu misericordia y el gozo del cielo para nuestra(o) hermana(o).

Contenido


INICIO

Iniciemos el 5o. día del Novenario por nuestros difuntos. Por la Señal, etc.

En el nombre al Padre, en el nombre de Jesús, con el Espíritu Santo

V. Hemos venido a rezar por el difunto (a) N……

TODOS: En tus manos, Señor, encomiendo su espíritu.

V. Estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos (1 Juan 3,14).

novenario5TODOS: En tus manos, Señor, encomiendo su espíritu.

V. Aunque camine por lugares oscuros, nada temo, porque Tú estás conmigo (Salmo 22,4).

TODOS: En tus manos, Señor, encomiendo su espíritu

V. Oremos

Señor nuestro, que eres amor; recibe en tu presencia a tu hijo (a) N…. a quien has llamado de esta vida. Perdónale todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz y paz eternas, levántalo (a) para que viva siempre con todos tus santos en la gloria de la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.

TODOS: Amén-

V. ¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amen.

LECTOR: Señor mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su culpa o no tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra con la penitencia que aquí no hicieron: concédenos las virtudes de la mortificación y de la caridad y acepta misericordioso nuestra caridad y sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su descanso eterno.

Primera Lectura

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios     15, 12-34

LA RESURRECCIÓN DE CRISTO, ESPERANZA DE LOS CREYENTES

Hermanos: Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que decía alguno que los muertos no resucitan? Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó. Y si no resucitó Cristo, vana es nuestra predicación, vana también vuestra fe. Y somos convictos de falsos testigos de Dios porque hemos atestiguado contra Dios que resucitó a Cristo, a quien no resucitó, si es que los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. Y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desdichados.

¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Lo mismo que por un hombre hubo muero te, por otro hombre hay resurrección de los muertos, y lo mismo que en Adán todos mueren, en Cristo todos serán llamados de nuevo a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero, Cristo; después, en su Parusía, los de Cristo. Después será la consumación: cuando devuelva el reino a Dios Padre, después de aniquilar todo principado, poder y fuerza.

Pues él debe reinar hasta poner todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Porque ha sometido todas las cosas bajo sus pies. Mas cuando 'él dice que .todo está sometido-, es evidente que se excluye a aquel que ha sometido a él todas las cosas. Cuando hayan sido sometidas a él todas las cosas, entonces también el Hijo se someterá a aquel que ha sometido a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todo.

De no ser así, ¿a qué viene el bautizarse por los muertos? Si los muertos no resucitan en manera alguna, ¿por qué bautizarse por ellos? Y nosotros mismos, ¿por qué nos ponemos en peligro a todas horas? Os Juro, hermanos, por el orgullo que siento por vosotros en Cristo Jesús, Señor nuestro, que cada día estoy en peligro de muerte. Si por motivos humanos luché en Éfeso contra las bestias, ¿qué provecho saqué? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.

No os engañéis: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.» Despertaos, como conviene, y no pequéis; que hay entre vosotros quienes desconocen a Dios. Para vergüenza vuestra lo digo.

Responsorio     1Co 15, 25-26; cf. Ap 20, 13. 14

R. Cristo debe reinar hasta que Dios ponga todos sus enemigos bajo sus pies. * El último enemigo aniquilado será la muerte.
V. Entonces la muerte y el hades devolverán los muertos, y la muerte y el hades serán arrojados al lago de fuego.
R. El último enemigo aniquilado será la muerte.

V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia sus pasos.

R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.

V. Dale, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna.

R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.

Padrenuestro.

V. De la puerta del infierno

R. Saca, Señor, sus almas.

V. Descansen en paz.

R. Amén.

V. Señor, oye mi oración.

R. Y llegue a ti mi clamor.

10 ave maría y Gloria  o Rosario

Conclusión

Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.

Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Oremos. Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

V. Dales, Señor, el descanso eterno.

R. Y luzca para ellos la luz perpetua.

V. Descansen en paz.

R. Amén.

Por la Señal, etc.

Pidamos al Padre, en el nombre de Jesús, con el Espíritu Santo. Amén

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