Reconciliar es volver a tomar el mismo rumbo y sentido. Y lo único que contiene el rumbo y sentido es el Amor. Pero el amor no es una idea o un efecto bioquímico o neurológico, el amor es lo que alienta tu espíritu… Dios es Amor y tú eres una expresión del amor de Dios, eres su amor encarnado, eres un amor, y amor es lo que en realidad puedes dar… si quieres sentir el amor, deja de mirarte como una cisterna que tiene que ser llena y reconoce que eres un ojo de agua de amor, entrega el amor y tendrás la paz, el gozo, la fortaleza, la paciencia, generosidad, bondad y la misericordia que te subraya que eres un ojo de agua del amor.
El amor es la mejor versión de ti, es la luz de tu alma, el espíritu de tu lucha, el aliento en la desesperanza, el consuelo en el duelo, la guía en la oscuridad, el gobierno de la naturaleza, el límite de la oscuridad, la esperanza en el valle de lágrimas…
Ahora lo sabes, deja de pensar que el amor se termina, el amor lo bloqueamos con temores, rencores, resentimientos, heridas que no han sanado… defendemos la mejor versión de nosotros, pero en la pareja el amor es el lenguaje donde la razón y la emoción tienen sentido, donde la caricia o la entrega tiene cielo, donde la compasión se hace vida, con la imaginación y en sueños se ansía el presente eterno, pues en el presente eterno encontramos a Dios, el Amor infinito, creador y misericordioso.
Pon pie firme en el Amor de Dios y para dar el paso de amar a tu prójimo y a ti.