¿Cuál es el rumbo de tu vida…?

cual es el rumbo de tu vida

Trabajar… estudiar, tener familia, tener dinero… amar

Cada día detente unos minutos para meditar y contemplar en oración…el rumbo de tu vida

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

Señor Dios, quiero ser dócil a Dios, dejarte obrar, que se haga tu divina voluntad. Te busco Señor en el Espíritu Santo que une al Padre Nuestro con Jesús está en mi…

Acepta

Te busco para aceptar la presencia de tu Amor en mi

Te busco para aceptar mi presencia en tu Amor

Te busco como un pequeño que llama a su padre en la oscuridad de un bosque

Padre Dios, Padre en Jesús nuestro Señor, Padre Nuestro, Padre en el Espíritu Santo que nunca me abandonas, que estoy en tu presencia. Que estas presente en mi.

Padre de Amor eterno, me miro en tu amor eterno.

Tu Amor es mi origen, eres mi creador. Eres la voluntad que me encarna, me guía, fortalece, consuela, protege, me sana y corrige mis errores. Soy el motivo de tu misericordia.

Tu Amor sólo quiere llevarme por el camino hacia tu plenitud. Señor me amas. Acepto que me amas. Acepto que me has entregado la misión de Amar con el Amor que me das y me sostiene en verdad.

Acepto que soy tu Amor y tu Amor es verdad y la verdad está en mí. En la verdad soy libre, la libertad del Amor está en mi. Decido por el camino, la verdad y la vida del Amor.

Dios mío, soy expresión de tu Amor, alma encarnada en esta tierra. Soy semilla de tu Amor sembrada en esta tierra para transformar tu creación con Amor.

Así como la misión de la semilla es transformar la tierra y crecer hasta florecer, dar frutos y ser el instrumento para entregar más semillas a la tierra

Así has sembrado conmigo y en mi tu semilla de Amor. Amor es lo que en verdad puedo dar, en verdad soy libre y en verdad soy un Amor. Soy libre cuando decido con tu Amor.

Señor, eres el sembrador, te entrego mis debilidades para que me fortalezcas.

Te entrego las heridas de mi pasado para que las sanes con el perdón con que me cultivas, para que sanes mis resentimientos y deseos vanos de venganza.

Entrego a tu perdón mis ofensas y las ofensas que recibí, me apropié y cultive como cizaña y espino, Ofensas que ahogan y sofocan tu amor, tu cultivo. Te confío a tu misericordia: mi maleza, mis desvíos, resentimientos y heridas del pasado

Jesús, te confío a tu misericordia también los juicios que me esclavizan, pues soy víctima, juez y verdugo atenta a que se cumpla cada letra de mi sentencia, que se enredan en mi crecimiento.

Jesús, te confío a tu misericordia los pensamientos que me inquietan, los celos que me enferman, los temores que me paralizan y deprimen. Que interfieren la altura y profundidad que tu esperas que alcance en tu Amor

Jesús, te confío a tu misericordia mi imaginación que me provoca ansiedad y los sueños que ocultan la paz con que me nutres.

Cuando siento paz descubro la presencia de tu Amor. Descubro mi espíritu enamorado de tu Espíritu Santo.

Sabes Señor yo creo que mi espíritu es como el pesebre donde te acunas, donde se anida tu Amor de Dios. Así, también en, mi se anida la plenitud de la purísima concepción de la Santísima Virgen María, la alegría de San José, la paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

Mi espíritu es el pesebre donde estás tu, donde se encarna el Amor. Donde descubres que mi misión es acunar el Amor, que mi origen es la voluntad del Amor de Dios.

Cuando miro el pesebre de mi espíritu miro el camino del Amor de Dios, me miro en la voluntad de Dios y miro la voluntad de Dios en mi.

En el pesebre de mi espíritu está mi destino, pues estar presente en el Amor de Padre Nuestro es mi destino. Cuando en mi pesebre contemplo, el rumbo de mi destino veo que recibir a Jesús es la voluntad de Dios. El Amor en Jesús me muestra que el destino de toda humanidad es vivir el Amor en la casa del Padre Nuestro, en su creación, en todo lo visible e invisible, en su reino, en su voluntad.

Quiero mirar mi pesebre, quiero detener mis pensamientos que juzgan, condenan y separan. Pues en el pesebre está la misericordia que nos une y nos guía. En el pesebre recibo al Espíritu Santo que me habla. Está presente y mi presencia escucha el Espíritu Santo. Tu Espiritu Santo de Amor está recostado en mi y colma mi hambre y fortalece mi debilidad, consuela y remedia mi duelo, perdona mi ofensa y transforma con misericordia mis errores en bendición, sana mi malestar que contraría el bienestar del Amor.

Quiero mirar mi pesebre:

Apaciguo mi cuerpo con una posición cómoda para que no observe mi tu cuerpo… Espalda recta, plantas de los pies bien apoyadas, manos sobre las piernas… que se relaje, se afloje, se apacigüe.

Apaciguo mi mente pidiéndole que sólo invoque a Jesús y en Jesús confíe. Que sólo diga mentalmente: “Jesús en ti confío”

Apaciguo mis emociones respirando suave y profundamente como el mar calmo que llega a la playa. Al inhalar invoco diciendo Jesús y el exhalar confío.

  • Tomo aire: Jesús…
  • Suelto el Aire: en ti confió…
  • Dejo pasar el ruido sin prestarle atención.
  • Dejo pasar los pensamientos sin detenerme a observarlos.
  • Dejo pasar el dicho de las personas, sin juzgar.
  • Dejo de pensar en mis sueños
  • Apaciguo mi imaginación
  • Me miró presente en la voluntad del Amor.
  • Dejo de entretenerme en el mundo para presenciar la gloria del Amor de Dios. Para aceptar que estoy presente en la gloria del Amor y la voluntad de Dios.
  • Asienta tu consciencia en el pesebre donde el Amor de Dios se acuna, te bendice y se anida en ti.
  • “Jesús en ti confío” mi pesebre a tu Amor
  • “Jesús en ti confío” la paz
  • “Jesús en ti confío” mi voluntad de Dios
  • “Jesús en ti confío” mis proyectos.

Dile como la Santísima Virgen María “hágase tu voluntad…” para que se construyas proyectando desde Dios, desde la voluntad del Amor.

¿quién como Dios? Dios creador, Dios hecho humanidad, Dios enamorado de la humanidad

“Jesús en ti confío” el ruido, confío a tu voluntad el ruido que me aparta

“Jesús en ti confío” el ruido de mis preocupaciones sobre lo que pasará, confío que estas presente con Jesús

“Jesús en ti confío” el ruido de mis heridas y resentimientos

“Jesús en ti confío” la ofrenda del ruido de las molestias y padecimientos de mi cuerpo.

“Jesús en ti confío” lo que dice la gente

“Jesús en ti confío” lo que piden

“Jesús en ti confío” lo que juzgan

“Jesús en ti confío” lo que ofenden.

“Jesús en ti confío” las almas de mis difuntos y de las ánimas del purgatorio por quienes pueda interceder, dales a luz perpetua, que descansen en paz

“Jesús en ti confío” la maleza que he aceptado.

“Jesús en ti confío”La maldad que he realizado

“Jesús en ti confío” el egoísmo que he preferido alimentado.

“Jesús en ti confío” Que mis errores contra el amor no sean un muro que me separa del pesebre de tu Amor.

“Jesús en ti confío” Que mis errores y debilidades sea lo que me une a ti.

Creo en tu misericordia con la que esperas crear en mi

Tu misericordia Señor cree en mi

Tu misericordia está presente en mi pesebre para quitar los límites de tu egoísmo

Tu misericordia esta presente en mí para que comulgue con el Padre que es nuestro.

Tu Misericordia me ve. Pues siempre estás presente pues no eres ajeno a su creación

Me miras con Misericordia. Miro como se manifiesta tu misericordia y te acercas a mi, me abrazas, me tocas y tocas lo que me toca, caminas en mi camino, vives en mi vida.

Tu Misericordia viene a mi encuentro antes que mi nacimiento, antes que yo te búsque.

Me observas con misericordia. Eres Cristo que me observa y parece estar en silencio porque mi soberbia, mi egoísmo, mi aislamiento, mi vanidad… cubren tus observaciones

Quiero permitir que Dios exprese en mi sus observaciones… Su divina voluntad

Quiero su expresión de Amor en mi locura mundana

Quiero su expresión de Amor en la oscuridad del duelo

Quiero su expresión de Amor en la miseria y el error

Quiero su expresión de Amor en cualquier decisión

¡Quiero a tu Espíritu Santo en mi!

Tu Espíritu Santo en mi, invoca el Amor del Padre Nuestro

Tu Espíritu Santo en mi, es el Amor que me une al Padre Nuestro con la humanidad de Jesús.

Tu Espíritu Santo en mi, es el Amor que une la humanidad con Jesús.

Tu Espíritu Santo en mi, invoca la humanidad de Jesús.

Tu Espíritu Santo en mi Ilumina… mi historia, mis debilidades, mi camino, con tu infinito Amor

Tu Espíritu Santo en mi es el Amor de Dios que me cuida, me guía y me cuida.

Tu Espíritu Santo en mi Ilumina el mundo que habito.

Tu Espíritu Santo en mi es la presencia que aguarda, silenciosa y callada que entregue mi débil voluntad

Tu Espíritu Santo en mi espera para que me aceptes en la Creación de Amor

Tu Espíritu Santo en mi confía que confiarás en su voluntad.

Tu Espíritu Santo en mi es el Padre Nuestro que quiere que te decidas decidas a recibir en Cristo el abrazo de Amor

Tu Espíritu Santo en mi es un encuentro intimo con Dios.

Cómo hacer la Corona de Adviento para navidad

Dios es Amor, el Adviento es el tiempo para la preparación para recibir la vida que viene del Amor. Jesús es el Amor encarnado del Padre Nuestro. El Espíritu Santo es el Amor que une al Padre con el hijo para navidad.

El adviento hacia la navidad es una temporada donde tradicionalmente nos unimos como familia, es una fecha donde el espíritu del Amor nos invita que lo aceptemos. Aceptar el Amor puede volverse muy complicado si nuestra consciencia está cubierta de rencores, resentimientos, temores, juicios, separación y condena. Hay en el ambiente un ambiente de nostalgia que tiene fe en el Amor, que todo lo espera en el Amor, que quiere vivir el Amor. Es tiempo de la corona del Amor

Desafortunadamente hay muchos que no saben como encontrar ese amor, como transitar por el adviento hacia el nacimiento de la navidad, piensan que el Amor es una sensación que aparece y desaparece. Pero el Amor es una luz perpetua de gozo, paz, bondad, amabilidad, autocontrol, fidelidad, paciencia. Estos son frutos del Espíritu Santo, El Amor que habita en nosotros.


El Espíritu del Amor

  • Cuando comemos un platillo muy sabroso ¿dónde sientes el gusto? ¿en el platillo o en ti?
  • Cuando vez un cuadro muy bello ¿dónde sientes la belleza?¿en el cuadro o en ti?
  • Cuando encuentras a un amigo que hace tiempo no vez ¿dónde sientes la alegría? ¿en el amigo o en ti?

Entonces ¿por qué buscar afuera lo que está en nuestro interior? ¿Acaso es superior un regalo a sentir el Amor? Pero el Amor no es una posesión, no se puede poseer a Dios, es como querer echar el mar dentro de una concha. La forma de vivir el Amor es limpiar el advenimiento de rencores, resentimientos, temores y juicios para compartir el Amor, por eso la preparamos la celebración de la cena de nochebuena con el adviento. Es un momento para compartir el Amor. ¿Cuántos signos de Amor conoces?

Reflexiona en algunos de los signos que nos enseña Jesús y descubrimos en el evangelio: Compartir los alimentos, no juzgar, compadecerse del doliente, entregar esperanza, dar gracias, perdonar, sanar a los enfermos, dar testimonio de la verdad sin violentar, ser fiel, buscar a quien está perdido, saludar, bendecir dando la paz a quien encuentra, entregar el Amor del Padre, rescatar los lugares de oración, tener fe, orar dialogando, mirarse en el Padre Nuestro, aceptar a los despreciados, no poner la riqueza como motor de vida, obedecer y honrar a sus padres, abrazarnos como hermanos, levantar al paralizado, aceptar a quien lo niega, entregar la misión de amar… Cada día leemos en el evangelio el camino, la verdad y la vida que viene del Amor.

¿Acaso hay algo más importante que amar? Esa es nuestra misión, somos expresión del Amor de Dios, su Amor encarnado, eres un Amor y Amor es lo que en verdad puedes dar. Esto es el llamado en la navidad, el espíritu del día que nace la vida que viene del Amor.

Navidad-Sol Invictus

Este espíritu va más allá de las fechas, sin embargo nosotros necesitamos signos y símbolos para caminar. Los primeros cristianos marcaron el 25 de diciembre basados en una tradición judía que fijaba para los profetas que el mismo día en que morían, correspondía al día en que nacía. Así calcularon que un 25 de marzo era la muerte, luego entonces el nacimiento debería de ser el 25 de diciembre. En el imperio romano tardío existía la tradición de celebrar la adoración del dios “Sol” -Sol Invictus-, cuyo símbolo portaba y cuyo culto estaba asociado oficialmente al del emperador. Es el tiempo cuando es más larga la noche en el hemisferio norte, a partir del final del solsticio de invierno (21 de diciembre) los días se hacen más largos. Este Festival corría desde el 22 al 25 de diciembre.

Flavia Iulia Helena también conocida como santa Elena y Elena de Constantinopla (Trapani, hacia 250 – Roma, hacia 330), fue una emperatriz romana cristiana y, posteriormente, proclamada como santa de las Iglesias católica, luterana y ortodoxa. Se convirtió en la esposa legítima de Constancio Cloro, quien fue emperador del Imperio Romano en 305. Ella guío al bautizo a su primer y único hijo: el emperador Constantino así se dejo de perseguir a los cristianos y, no sólo se convirtió en cristiano, sino impulsar el cristianismo en todo el Imperio. Así la fiesta del “Sol Invictus” fue dedicada al nacimiento de Jesús, emperador emperadores.

La corona de adviento

La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas en europa. El anillo o corona de ramas de árbol perenne decorado con velas era un símbolo en el norte de Europa mucho antes de la llegada del cristianismo, que al igual que con otras tradiciones acabó siendo integrado en su simbología. El círculo es un símbolo universal relacionado con el ciclo ininterrumpido de las estaciones, mientras que las hojas perennes y las velas encendidas significan la persistencia de la vida en mitad del duro y oscuro invierno. Algunas fuentes sugieren que la corona, reinterpretada como un símbolo cristiano, era de uso común en la Edad Media, mientras que otras consideran que no se estableció como tradición cristiana hasta el siglo XVI en Alemania. La corona de adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario, es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un nuevo y pleno contenido en Cristo. Cristo vino para hacer todas las cosas nuevas.

Símbolos de la corona de adviento

  • Las corona anticipa la navidad de la luz del mundo: Jesucristo.

La corona de adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. Tres velas son violeta, una es rosa. El primer domingo de adviento encendemos la primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela mas hasta llegar a la Navidad. La vela rosa corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Si no hay velas de esos colores aun se puede hacer la corona ya que lo mas importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.

La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

Las cuatro velas: Nos hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.

Las manzanas rojas que adornan la corona: Representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

El listón rojo: Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO

En algunas parroquias o colegios se hace la bendición de las Coronas de Adviento. Si no se puede asistir a estas celebraciones, se puede hacer la bendición en familia con la siguiente

Bendecir el Agua

Poniendo la mano sobre un envase con agua se dice: Por el agua de mi bautizo, yo te bendigo (y haciendo la señal de la cruz) en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén (se toca con un dedo el agua)

Bendecir la corona

Esparciendo unas gotas de agua bendita sobre a corona se dice la oración:

Señor Dios, con tu poder bendice nuestra corona de adviento como símbolo de nuestra fe, para que, al encenderla confirmemos en nosotros la esperanza en Jesucristo y encarnemos su Amor en obras de caridad, compasión y misericordia, para justificar en su presencia nuestro lugar en el Reino de los Cielos.

Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Todos: Amén.

San Miguel Arcángel, defiendonos en la lucha de esta peregrinación hacia la vida del Amor, por la fuerza que el Señor todo poderoso te ha entregado, arroja a Satanás y a todas las almas que vagan por el mundo para perder a las almas que peregrinan para contemplar la vida que viene del Amor en Jesucristo nuestro Señor.

Todos: Amén.

La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.

Todos: Amén.

(se rocía agua bendita sobre los presentes)

Vela de gratitud 1er Domingo de Adviento

  • ¡Demos Gracias a Dios!

Entrada

Se entona algún canto. Por ejemplo:

Vaso nuevo

Gracias quiero darte por amarme
gracias quiero darte yo a ti señor
hoy soy feliz porque te conocí
gracias por amarme a mi también

Yo quiero ser señor amado
como el barro en manos del alfarero
toma mi vida hazla de nuevo
yo quiero ser un vaso nuevo

Te conocí y te amé
te pedí perdón y me escuchaste
si te ofendí perdóname señor
pues te amo y nunca te olvidare

Yo quiero ser señor amado
como el barro en manos del alfarero
toma mi vida
hazla de nuevo
yo quiero ser un vaso nuevo

Saludo

Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Acto de Contrición.

Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.

Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso…

LITURGIA DE LA PALABRA.

Evangelio según San Mateo 24,37-44.

En aquél tiempo Jesús dijo a sus discípulos: Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé.

En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre.

De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado.

De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.

Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.

Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.

Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.

Palabra del Señor.

(Breve pausa para meditar)

¿Cómo estar preparados para entrar al cielo? Tres palabras abren el cielo: “Por favor” y “Gracias”

Reflexión.

Guía: Vigilar significa estar atentos, aceptar al encuentro del Señor. Vigilemos nuestra consciencia que el Señor quiere entrar. Demos gracias a Dios por este año, por lo bueno y lo malo que podemos transformar en lección. Gracias por los bienes y por las carencias que nos muestran que la vida en el amor es lo que tiene sentido y rumbo en nuestra vida. Gracias por este día que podemos trasformar los efectos del pasado y darle el rumbo como Dios Manda. Gracias porque el Padre Nuestro viene a nosotros en su creación, con su hijo, con su Espíritu Santo para que vivamos en el cielo, en la plenitud del Amor.

ENCENDIDO DE LA VELA

Oración

Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primer semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría y gratitud. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen.

Desde hoy, y en esta semana queremos ser agradecidos contigo Señor reconociendo las expresiones de amor que nos ha dado: cuerpo, mente, emociones, personas, imaginación, sueños y al espíritu para comunicarte con nosotros y gobernar nuestra vida con la guía del Amor de Dios, su Espíritu Santo

Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!. ¡Ven, Señor Jesús!

Guia: Unidos en una sola voz digamos: Padre Nuestro…

PADRE NUESTRO

Guia:  Sin ti Madre mía no conoceríamos a Jesús, el camino la verdad y la vida que viene del Amor:

AVE MARÍA

CONCLUSION

Guía: Gracias por estar con nosotros Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.

Todos: Y seremos salvos. Amén.

Mira a la persona que está a tu lado y agradecerle su presencia, sus favores, su sonrisa, su lucha su vida…etc

Guía: “Dios Padre, gracias por darnos una familia. Te pedimos que, ahora que comienza el adviento, en nuestra familia podamos agradecer y demostrarnos el amor que nos tenemos y vivamos cada día más unidos. Te pedimos llenar nuestro hogar de tu amor divino. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

“Querida Madre, se te ha encomendado la misión de estar siempre despierta para atender a todas nuestras necesidades, particularmente cuando el peso de las responsabilidades nos agobian. Gracias por tu presencia, Camina junto a nosotros en este Adviento. Amén”.

Propósito

Hoy juntaré una parte de mi despensa, ropa, medicinas vigentes, artículos de la casa, juguetes y adornos para agradecer lo que tenemos y compartir con quien lo necesita.

Para cantar: «Ven, Ven, Señor, no tardes»

Ven, ven Señor no tardes;
Ven, ven Señor que te esperamos:
Ven, ven Señor no tardes;
Ven pronto Señor.

El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor;
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.

Envuelto en sombría noche,
el mundo sin paz no ve,
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe.

Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta el cielo,
al mundo le faltas Tú.

Guía: Gracias por estar con nosotros Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.

Todos: Y seremos salvos. Amén.

Vela de fe 2° Domingo de Adviento

  • Jesús en tí confío

Entrada

Se entona algún canto. Por ejemplo:

Hazme un instrumento de tu paz

Hazme un instrumento de tu paz
donde haya odio lleve yo tu amor
donde haya injuria tu perdón señor
donde haya duda fe en ti

Maestro ayúdame a nunca buscar
el ser consolado sino consolar
ser entendido sino entender
ser amado sino yo amar

Hazme un instrumento de tu paz
que lleve tu esperanza por doquier
donde haya oscuridad lleve tu luz
donde haya pena tu gozo señor

Maestro ayúdame a nunca buscar
el ser consolado sino consolar
ser entendido sino entender
ser amado sino yo amar

Hazme un instrumento de tu paz
es perdonando que nos das perdón
es dando a todos como tu nos das
muriendo es que volvemos a nacer

Maestro ayúdame a nunca buscar
el ser consolado sino consolar
ser entendido sino entender
ser amado sino yo amar

Hazme un instrumento de tu paz

Saludo

Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Acto de Contrición

Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.

Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso…

LITURGIA DE LA PALABRA.

Evangelio según San Mateo 3,1-12.

En aquel tiempo se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca».

A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos.

Juan tenía una túnica de pelos de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre.

La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados.

Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: «Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca?

Produzcan el fruto de una sincera conversión, y no se contenten con decir: ‘Tenemos por padre a Abraham’. Porque yo les digo que de estas piedras Dios puede hacer surgir hijos de Abraham.
El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego.

Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero aquel que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.

Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible»

(Breve pausa para meditar)

Cuando la vela se apaga, no significa que nunca brillará más, es necesario volver a encenderla.

Reflexión

Guía: Hemos oído que el amor se acaba pero ¿como será posible si Dios es Amor? Ocurre en la vida que aquella vela que está encendida cubierta por un protector de vidrio parece que va perdiendo el brillo porque el vidrio se va oscureciendo por el tizne y las salpicadas del exterior. Pero no diríamos que la luz se acabó, porque el fuego está presente. Ahora bien si la fe nos muestra que está presente el Amor ¿donde pondremos nuestra esperanza cuando limpiamos nuestro cristal? ¿Qué sentido tendría que celebráramos la navidad si dejamos de tener fe y esperanza en Jesús que es: “La vida que viene del Amor”

¿Acaso el Amor de Dios se apaga? Su Espíritu Santo es el Amor que une al Padre Nuestro con el Hijo y el hijo nos ha enseñado a llamarle “Padre Nuestro”, a mirarnos como sus hermanos en Juan, hijos de su Santísima Madre.

El Amor de Jesús es su palabra unida a su obra, pues da testimonio de su origen, camino y destino. Juan Bautista nos guía a aceptar el bautizo del Amor, el bautizo de Jesús con el Espíritu Santo. El bautizo nos comparte el Espíritu Santo, por eso podemos entregar el Amor del Padre Nuestro en nuestras obras. Por el agua de nuestro bautizo Cristo nos comparte también su sacerdocio por eso podemos bendecir todas las cosas, pero también a todos los hijos del Padre Nuestro: familia, amigos o enemigos. Por la unción de nuestro bautizo Cristo nos comparte su reino y somos pueblo de reyes.

Cada día es un regalo para transformar el mundo entregando el Amor, bendecir con Amor, vivir el reino del Amor.

ENCENDIDO DE LA VELA.

Oración.

Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que quiere mirar la luz en la oscuridad. El Amor en la adversidad. La compasión en la enfermedad, la contrariedad y el consuelo en la pena. Si tu quieres de estas piedras veremos surgir más hijos de Abraham. Jesús en ti confiamos este día y cada día porque no existe otro instante para transformar con la luz del Amor el rencor y el resentimiento que guardamos y no sabemos donde ponerlo. Por eso en ti los confiamos nuestra historia oscura porque hoy, contigo podemos darle el rumbo y sentido que tu Amor manda. Jesús en ti confío mis pensamientos, cuando la mente empiece a juzgar, condenar y separar la obligaremos a repetir: Jesús en ti confío. Y si nuestras emociones nos separan y confunden, con el suave aliento de nuestra respiración profunda haremos que al inhalar te invoquemos diciendo: Jesús y al exhalar “en ti confío” y confiaremos en ti. Así veremos la navidad de cada día, la vida que viene de tu Amor.

Señor. Aquí y ahora es tiempo de navidad, pues nacemos desde el amanecer de tu voluntad. Hoy nace la vida que viene del Amor y es el camino, la verdad y la vida del Amor que viene a salvarnos de nuestros errores que contrarían el Amor.

Desde hoy, y cada día de esta semana queremos mirar tus expresiones de Amor en nuestro: cuerpo, mente, emociones, personas, imaginación, sueños y al espíritu para comunicarte con nosotros y gobernar nuestra vida con la guía del Amor de Dios, su Espíritu Santo

Queremos tu luz que todo lo aclara, la paz más profunda y la alegría verdadera de saber que has venido a nosotros. ¡Ven, Señor Jesús!. ¡Ven, Señor Jesús!

Guia: Unidos en una sola voz digamos: Padre Nuestro…

PADRE NUESTRO

Guia:  Sin ti Madre mía no conoceríamos a Jesús, el camino la verdad y la vida que viene del Amor:

AVE MARÍA

CONCLUSION

Guía: Gracias por estar con nosotros Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.

Todos: Y seremos salvos. Amén.

Durante un minuto cierra los ojos y respira suave y profundamente como las olas del mar calmo llegando a la playa, al inhalar di mentalmente: “Jesús” y al exhalar “en tí confío” Es Jesús, el niño del pesebre en quien confías.

Guía: “Dios Padre, gracias por darnos este día de esperanza. Tenemos fe que, en este adviento, podemos compartir apoyados en Tu Amor. Demostrarlo entre nosotros que nos tenemos y así vivamos cada día más unidos en el Amor que esperamos celebrar en navidad. Te pedimos llenar nuestro hogar de tu amor divino. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

“Querida Madre, se te ha encomendado la misión de estar siempre despierta para atender a todas nuestras necesidades, particularmente cuando el peso de las responsabilidades nos agobian. Ruega porque sepamos transformar cada día con Amor. Gracias por tu presencia, Camina junto a nosotros en este Adviento. Amén”.

Propósito

Hoy empezaré el habito de confiar a Jesús cada obra del día, cada duda, enojo, debilidad, temor, rencor y resentimiento. Buscaré una persona que esté triste, solitaria o deprimida y le platicaré sobre Jesús, recordándole que es el Amor que viene a su encuentro.

Para cantar: «Ven, Ven, Señor, no tardes»

Ven, ven Señor no tardes;
Ven, ven Señor que te esperamos:
Ven, ven Señor no tardes;
Ven pronto Señor.

El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor;
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.

Envuelto en sombría noche,
el mundo sin paz no ve,
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe.

Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta el cielo,
al mundo le faltas Tú.

Guía: Gracias por estar con nosotros Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.

Todos: Y seremos salvos. Amén.

La última voluntad

Aquel hombre en el hospital estaba siendo sometido a múltiples estudios para saber cuál era la causa de su malestar. Tendido en la cama miraba por la ventana un viejo árbol que apenas reverdecía entre tanta vegetación alimentada por las lluvias de verano. Sus pensamientos divagan, sólo Dios sabe por donde. Con 76 años esperaba que alguno de sus hijos fuera a su encuentro. Tal vez la última voluntad, el único camino que quisiera seguir era aquel que lo reuniera con su esposa. Dos años atrás había asistido a su funeral.

Ella se abandonó en el cáncer, mientras él luchaba desesperado por arrancarla de la sentencia de la vida. Aquel hombre lucho esperando el milagro, buscando remedios de todo tipo, con tantos tipos de doctores, clamaba al cielo pidiendo al Sagrado Corazón que los mantuviera unidos.

El hombre de la cama 25 esperaba a sus hijos o alguna razón para aferrarse a la vida, algún amor que lo guiara. La habitación estaba lejos de su amada. Estaba en aquel hospital donde tantas veces acompañó a su esposa buscando la sanación. Ese lugar representaba el dolor de la esperanza fallida, de la fe vacilante, del sufrimiento que antecede a la despedida. Ese espacio de sanación se convertía en un templo de meditación y de oración hacia el Amor, su última voluntad.

El diagnóstico

Vagaba sólo entre las sábanas y la afanada atención de enfermeras y doctores que investigaban el mal que lo aquejaba. Buscaban en la sangre, en el latido, en la respiración, en imágenes y con exploraciones mediante aparatos que la ciencia había desarrollado. Buscaban lastimando el cuerpo. Sanaban aplicándole los medicamentos que el caso incierto requería. Sin embargo la desolación no cedía. Su respiración se dificultaba, en su pecho descubría el dolor del vació del templo del Amor. Su mirada se nublaba por lágrimas y al cerrar los ojos contemplaba la imagen de su amada. La quería más que a su vida, el amor que compartía era la vida misma. Soñaba con no despertar y despertaba soñando morir para reunirse con su amada.

La visita

Pasaba las horas y los días en la noche del alma. La mente preguntaba ¿Por qué? El sentimiento preguntaba ¿que hago aquí? Y las personas no tenían respuestas. En ese momento de divagación llegó uno de los hijos a quien había señalado como ingrato por no acercarse a él y abandonarlo. Se acercó a su lecho le dijo:

-Hola Pa’. Tenía erisipela y hasta este día me pude levantar de la cama para visitarte. Nadie, de mis hermanos me habló para saber que me ocurría, sólo me hicieron saber que era un mal hijo por no venir. He estado al tanto de que te ocurre y hablé con un doctor que me tenía informado de tus avances en la investigación de tu caso. Por cierto en la tarde te vendrán a decir que no encuentran ningún padecimiento que puedan atender, más allá de la lesión que te hicieron al pincharte el pulmón con el aparato que usaron y que sanará en unos días.

Aquel hombre no sabía que decir, sabía que había condenado a su hijo ante sus hermanos y ahora se daba cuenta de que no había tal rechazo o abandono. Era difícil reconocer la injusticia ante su hijo. Así que la educación le dicto saludar diciendo

– Hola Hijo, que bueno que viniste.

Se saludaron con un beso y el hijo continúo diciendo:

– Ten cuidado con las molestias que dices que tienes, acuérdate que estás en un centro hospitalario de investigación y si les dices que te duele el “furris furris” se van a meter a investigar. A lo que vine es a decirte que en muchas cosas no estamos de acuerdo y no nos pondremos de acuerdo en nuestra forma de pensar o de actuar. Así que dejemos de discutir sobre eso. Lo que te pido es que seas un buen abuelo y que ahora que salgas del hospital vayas todos los lunes a comer con tus nietos, para que te conozcan más.

De esa manera continuaron charlando cosas intrascendentes, ambos sabían que padecía de Amor y que el Amor era la última voluntad, su destino final.

La conclusión

Por eso, fueron muchos lunes que el abuelo convivió con sus nietos y les compartía sus aventuras de la vida. Hasta que un día se despidieron de él. Ese día cantaron y la última frase del hijo al padre fue: “canta y no llores”. Aquel hombre viajó a tierra lejana donde estaba otro hermano, todo parecía ir bien hasta que no pudo levantarse de la cama. Se quedó mirando una imagen del Sagrado Corazón y le dijo a la señora que le prodigaba atención en casa de su hijo. Así concluyó:

-”Si me voy, no se asuste”

Así, con la mirada en la imagen del Sagrado Corazón, su espíritu se separaba de su cuerpo para ira al Amor. Dios es Amor y está en los cielos. En el Amor encontró al amor de su vida y el Amor que lo Creo para descansar en paz, alumbrados por la luz perpetua.

La sanación

Muchos años después aquel hijo leía:

Dios de amor, hoy quiero perdonar a mi papa….

Por aquella palabra, aquel grito que me lastimó en mi infancia o adolescencia….

Por aquel regaño o maltrato que me dio sin haberme escuchado….

Por aquella agresión que me hirió física y emocionalmente….

Por el tiempo que no me dedicó…. por las veces que no quiso jugar conmigo… por las veces que no se interesó por lo que sentía….

Por aquellas situaciones y acciones que me hicieron tener miedo…..

Por aquellos momentos que me hicieron llorar….

Te perdono papá por aquel momento que tal vez tu no recuerdas, pero que dejó en mi un dolor que todavía hoy tengo….

Hoy te perdono papa de todo lo que de alguna manera me lastimó….

Palabras…Acciones…. Silencios…. y actitudes…
Hoy me reconcilio contigo, te perdono de todo corazón…..

Medita en otros pensamientos, obras o lo que haya dejado de hacer y perdónalo…

Hoy el hijo continúa buscando el Perdón de Dios para entregarlo a su padre y sanar las heridas de su infancia y vivir el Amor, perdonar a su papá como Dios manda. Esa es la última voluntad.

¡Que resucite el amor y el perdón por los sacerdotes!

Amar, perdonar y orar por los sacerdotes es descubrir que somos uno en ellos y ellos son uno de nosotros. Hablemosle al Señor, en oración, escuchemos el eco de este dialogo en nuestro espiritu.  Luego lee la oración que hace el Papa Francisco hacia los sacerdotes.

Que resucite el amor por los sacerdotes

Dios de Amor, quiero que resucite el amor a mis sacerdotes

Todos ellos, son gente que HOY entrega su vida por los demás.

Quiero amarlos CON CARIÑO, RESPETO Y ADMIRACION.

Ellos tiene que saber que no están solos. Sigue leyendo «¡Que resucite el amor y el perdón por los sacerdotes!»

Dios de amor, hoy quiero perdonar a mi papá

Dios de amor, hoy quiero perdonar a mi papa….

o Por aquella palabra, aquel grito que me lastimó en mi infancia o adolescencia….
o Por aquel regaño o maltrato que me dio sin haberme escuchado….
o Por aquella agresión que me hirió física y emocionalmente…. Sigue leyendo «Dios de amor, hoy quiero perdonar a mi papá»

¿Cómo pedir perdón?

 

La mayor satisfacción para el Padre es que sus hijos estén unidos. La reconciliación entre hermanos, por la gracia del Padre Nuestro, es descubrir la bendición en el error. El Padre Nuestro nos pide que perdonemos y pedir perdón es tomar el perdón de Dios para redimir o arreglar la relación que se encuentra rota o trastocada por nuestro error. Pedir perdón es un acto donde ejercemos nuestra libertad haciéndonos responsables de nuestros pensamientos acciones u omisiones. Sigue leyendo «¿Cómo pedir perdón?»