8o. día del Novenario por nuestros difuntos.

En este 8o. día del Novenario por nuestros difuntos. Abramos nuestra vida con la oración, y en la oración, en ese puente, pidamos por los prójimos, para que el amor Divino se exprese y nos transforme en en hijos conscientes del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y así seamos como el hijo pródigo que regresa y es abrasado con la felicidad paternal por el regreso a los brazos y la confianza hacia el padre, con nuestro arrepentimiento por haberlo ofendido y despreciado.


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Iniciemos el 8o. día del Novenario por nuestros difuntos.
Por la Señal, etc. Pidamos al Padre, en el nombre de Jesús, con el Espíritu Santo. Amén

V. Hemos venido a rezar por el difunto (a) N……

TODOS: En tus manos, Señor, encomiendo su espíritu.

V. Estamos seguros de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos (1 Juan 3,14).

novenario8

TODOS: En tus manos, Señor, encomiendo su espíritu.
V. Aunque camine por lugares oscuros, nada temo, porque Tú estás conmigo (Salmo 22,4).

TODOS: En tus manos, Señor, encomiendo su espíritu

V. Oremos

Señor nuestro, que eres amor; recibe en tu presencia a tu hijo (a) N…. a quien has llamado de esta vida. Perdónale todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz y paz eternas, levántalo (a) para que viva siempre con todos tus santos en la gloria de la resurrección. Por Cristo Nuestro Señor.

TODOS: Amén-

V. ¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amen.

LECTOR: Señor mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado aficionados a los bienes terrenales y olvidados de la gloria, los retienes apartados del premio, para que se purifiquen de su negligencia en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y colma sus deseos, para que gocen pronto de tu presencia, y a nosotros concédenos amar de tal manera los bienes celestiales, que no deseemos desordenadamente los terrenos.

Primera Lectura

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios     4, 16-5, 10

AL DESHACERSE NUESTRA MORADA TERRENAL, ADQUIRIMOS UNA MANSIÓN ETERNA EN EL CIELO

Hermanos: Aunque nuestra condición física se vaya deshaciendo, nuestro interior se renueva día a día. Y una tribulación pasajera Y liviana produce un inmenso e Incalculable tesoro de gloria. No nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve. Lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno.

Aunque se desmorone la morada terrestre en que acampamos, sabemos que Dios nos dará una casa eterna en el cielo, no construida por hombres. y así gemimos en este estado, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra habitación celeste, si es que nos encontramos vestidos, y no desnudos. ¡Sí!, los que estamos en esta tienda gemimos oprimidos. No es que queramos ser desvestidos sino más bien sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. y el que nos ha destinado a eso es Dios, el cual nos ha dado en arras el Espíritu.

Así pues, siempre tenemos confianza, aunque sabemos que mientras vivimos estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe. Y es tal nuestra confianza que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir Junto al Señor. Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarle. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir premio o castigo por lo que hayamos hecho en esta vida.

Responsorio     Cf. Sal 50, 4

R. Señor, no me juzgues según mis actos: nada digno de mérito he hecho en tu presencia; por esto ruego a tu majestad, * que tú, Dios mío, borres mi culpa.
V. Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.
R. Que tú, Dios mío, borres mi culpa.

V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia sus pasos.

R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.

V. Dale, Señor, el descanso eterno y luzca para ellos la luz eterna.

R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.

Padrenuestro.

V. De la puerta del infierno

R. Saca, Señor, sus almas.

V. Descansen en paz.

R. Amén.

V. Señor, oye mi oración.

R. Y llegue a ti mi clamor.

10 ave maría y Gloria  o Rosario

Conclusión

Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.

Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio.

Oremos. Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

V. Dales, Señor, el descanso eterno.

R. Y luzca para ellos la luz perpetua.

V. Descansen en paz.

R. Amén.

Por la Señal, etc. Pidamos al Padre, en el nombre de Jesús, con el Espíritu Santo. Amén

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En este 8avo. día del Novenario por nuestros difuntos. Abramos nuestra vida con la oración, y en la oración, en ese puente, pidamos por los prójimos vivos o difuntos, para que el amor Divino se exprese y nos transforme en hijos conscientes del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Novenario para difuntos 2do. día

  • Oremos en este 2do. día del Novenario por nuestros difuntos:

Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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Vigilia al Padre en Jesús con el Espíritu Santo

TODOS: En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

JEFE DE TURNO: En esta oración ante la imagen del Padre en Jesús, queremos prepararnos a recibir y disponernos a cooperar con la gracia divina que emana del misterio pascual de Cristo, con el Espíritu Santo, de quien reciben su poder todos los sacramentos y sacramentales» (Catecismo de la IC, 1670).

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novenario de difuntos

Instrucción

Los nueve días posteriores al fallecimiento de un ser querido son el tiempo para vivir el duelo e interceder por el descanso eterno para que brille en su espíritu la luz perpetua con la misericordia del Señor y los ruegos de la Santísima Virgen María.

Estos nueve días son una secuencia y cada día corresponde una lectura y la petición a nuestra Santísima Madre con el rosario, según corresponda el misterio a reflexionar del día.

Por eso descubres dos tipos de lecturas:

  1. El novenario numerado del día uno al nueve
  2. El rosario con los misterios según el día que corresponda.

9o. día del Novenario por nuestros difuntos

En este 9o. día del Novenario por nuestros difuntos, oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar, te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el purgatorio, sino que mandes que tus santos ángeles las tomen y las lleven a la patria del paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del purgatorio, sino que posean los gozos eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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7o. día del Novenario por nuestros difuntos

En este 7o. día del Novenario por nuestros difuntos, Alma Mía corre al encuentro de La Santísima Virgen María, ella sabe cómo amar a Dios sobre todas las cosas; cómo amarlo al encontrar su voluntad, encarnarlo en su vida, apoyada en la verdad enfrentar los peligros y las críticas, sabe cómo recibirlo y entregarlo, siempre con Jesús, siempre hasta su cruz, muerte y resurrección. Corre y entrega todo a a Jesús por María.

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6o. día del Novenario por nuestros difuntos.

En este 6o. día del Novenario por nuestros difuntos. Alma mía. Saluda al Señor. Él llega a nuestro encuentro dándonos su misericordia, perdón y toda clase de bendiciones. Está presente en este momento, cuando he llegado a este tiempo de oración, Dios está presente, esperándome. Dios siempre llega antes que yo, deseando contactarse conmigo como el mejor de mis más íntimos amigos.

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5o. día del Novenario por nuestros difuntos.

En este 5o. día del Novenario por nuestros difuntos, reconozco Señor, que al encarnarte de la Santísima Virgen María has tomado la condición humana, así la humanidad también tiene tu condición divina para regresar a la casa del Padre Nuestro.  Eres el Cordero de Dios sacrificado en el altar cada día, en cada Sagrada Misa, que con tu sangre abres las puertas del cielo. Eres el Amor, el origen, el camino y el destino.

Recibe está oración de manos de la Santísima Virgen para alabarte, agradecerte, pedirte perdón e implorar tu misericordia y el gozo del cielo para nuestra(o) hermana(o).

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