10 Meditaciones del Viaje Espiritual
Nuestra vida es una danza entre la soledad y la compañía, entre el temor y el amor. A menudo, nos encontramos en un cruce de caminos entre el vacío y el sentido, entre el dolor y el bienestar. En cada paso, decidimos si seguir la cadena de la esclavitud o abrazar la libertad, si mirar el mundo dividido o unido, si perderse en el camino o encontrar un rumbo.
La realidad es una, pero nuestra percepción la transforma en sentido o vacío, en muerte o resurrección. Reflexionemos sobre estas dos narraciones:
“Unos jóvenes decidieron caminar solos en la vida. Uno de ellos se encontró viajando en la tierra, lleno de temor, y todo parecía vacío y doloroso. Cada paso le llevaba al conflicto, veía el mundo esclavizado y su camino estaba ensombrecido.”
“Otros jóvenes eligieron emprender su viaje acompañados. Descubrieron que viajaban en el cielo, llenos de amor y sentido. En cada paso hallaban la paz, veían el mundo unido y libre, y su camino estaba iluminado.” Estos jóvenes encarnaron las palabras de Mateo 11:28-30: “Vengan a Mí todos los que están trabajados y cargados, y Yo les haré descansar.”
Estas historias invitan a meditar sobre nuestras decisiones espirituales: ¿Elegimos el camino espiritual o simplemente pasamos por la vida terrenal?
**Primera Decisión: Viajar Solo o Acompañado**
El egoísmo es una negación de la realidad, pues siempre viajamos acompañados, naturalmente de Dios y de la humanidad entera. ¡No estamos solos! Jesús, en la petición del Padre Nuestro (Juan 17:20-21), nos recuerda: “Que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.”
**Segunda Decisión: Viajar en la Tierra o en el Cielo**
Aunque parezca fantasía, el viaje comienza en el cielo. El cielo empieza en la tierra; desde allí, podemos vernos pegados a ella o en vuelo hacia lo divino. (Juan 17:15-17) “No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco Yo soy del mundo.”
**Tercera Decisión: Temor o Amor**
El amor es el origen, camino y destino del ser humano. Somos una semilla de amor destinada a dar frutos en esta tierra. El temor es la negación del amor, una percepción aprendida y justificada por la mente, las emociones y el dolor físico. (Juan 17:25-26) “Para que el amor con que me amaste esté en ellos y Yo en ellos.”
**Cuarta Decisión: Vacío o Sentido**
El vacío proyecta nuestros temores y se convierte en un camino sin rumbo. El sentido, por el contrario, da dirección y propósito. El amor es el sentido que da rumbo a nuestro camino, como lo dice Jesús en Juan 7:37-38: “Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. El que cree en Mí, de su interior brotarán ríos de agua viva.”
**Quinta Decisión: Dolor o Bienestar**
El dolor puede ser una fuerza de victimización, mientras que el bienestar es el objetivo de la curación y el sentido del duelo. El dolor, alimentado por el egoísmo, nos esclaviza, mientras que la compasión nos conduce al bienestar. Mateo 26:27-29 nos muestra que el sacrificio y la entrega al bienestar son caminos hacia la liberación.
**Sexta Decisión: Conflicto o Paz**
Enfrentar el conflicto con la paz es una lección de amor. El conflicto revela nuestras debilidades y nos desafía a encontrar la paz interior. Juan 14:27-28 dice: “La paz os dejo, Mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”
**Séptima Decisión: Mundo Dividido o Unido**
Mirar el mundo con desolación o con unidad define nuestra experiencia. El egoísmo nos separa, mientras que la unidad revela el amor que nos une. Mateo 6:6-8 nos invita a la oración en secreto, encontrando unidad con Dios.
**Octava Decisión: Esclavitud o Libertad**
La libertad es un don divino. La verdad nos hace libres, y el perdón nos libera de las cadenas del pasado. Mateo 9:4-6 nos recuerda que Jesús tiene autoridad para perdonar pecados y ofrecer libertad.
**Novena Decisión: Ensombrecido o Lleno de Luz**
La luz del amor ilumina nuestras sombras. Juan 10:9-10 dice que Jesús es la puerta de la vida abundante, iluminando lo que parecía tenebroso.
**Décima Decisión: Perderse o Tener Rumbo**
El amor es el camino. En nuestras debilidades, hallamos fortaleza, como Pablo en 2 Corintios 12:8-10. Jesús es el camino, la verdad y la vida (Juan 14:5-7).
Día a día, el amor es nuestro destino. Como nos instó el Padre Juan Marcos Cadena, decídete a ser una red de amor. Comparte, perdona, consuela y guía con amor. Aunque no importa tu creencia o situación, todos podemos tejer una red de amor que transforme el mundo. Eres una semilla de amor, sembrada para dar frutos que multipliquen el amor en la tierra. Dios te bendice.